Obligó a su esposa a dejar de relacionarse con sus compañeros de trabajo y a cambiar de modo de vestir. Por ello, al considerarlo "una actitud dominante y celosa", la Audiencia de Sevilla ha condenado a un hombre a un año y nueve meses de cárcel por un delito de violencia doméstica.

En la sentencia se considera demostrado, además, que la mujer, M. S. P., mantuvo varias veces en 2000 relaciones sexuales pese a que los médicos le habían aconsejado reposo absoluto por una amenaza de parto prematuro, lo que hizo "de mal grado y ante la insistencia del procesado porque entendía que tenía que cumplir".

El juez también considera demostrado que tras sufrir un legrado uterino (raspado de la membrana interior del útero utilizado para diagnosticar las causas de hemorragias uterinas anormales), hacía felaciones a su marido "sin apetecerle, para evitar problemas".

La condena dictada es muy inferior a la solicitada por el fiscal, doce años, por violación continuada porque los jueces consideran que "es probable que la denunciante no quisiera hacer estos actos y cediera ante la insistencia del acusado, pero esto no puede equipararse a la falta de consentimiento".

Consideran, por otro lado, que la denunciante reúne "el retrato perfecto de las características, comportamiento y reacciones de la mujer maltratada", con una situación de "sometimiento y temor ante una actitud despótica y humillante que ejercía el acusado de forma habitual y constante".

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