Las cifras son como el algodón, no engañan, y constatan la tendencia de los menores a darle al porro, según la experiencia de Proyecto Hombre, una de las organizaciones que más trabajan con las personas drogodependientes.

En lo que va de año (hasta el pasado 30 de mayo) han recibido 40 solicitudes, mientras que en todo el 2007 trataron a 36 jóvenes.

De seguir así, se duplicará el número de menores que reciben tratamiento para abandonar el hábito de consumir droga.

«La mayoría de ellos consume cannabis, aunque no son dependientes sino abusadores», explican desde la organización.

Es decir, se encuentran al límite de la dependencia física y psicológica y, sin ser toxicómanos, están en el punto en que la droga les empieza a afectar en sus estudios y en sus relaciones sociales y familiares.

«Los padres lo saben y, de hecho, acuden a nosotros casi como último recurso después de haber intentado otras opciones», aseguran.

Por si los porros no fueran suficiente, la mayoría de los que acuden a Proyecto Hombre tienen otras dependencias, principalmente, del alcohol.

El consumo de sustancias no se produce sólo en hogares desestructurados y familias marginales, «son familias medias, normales, incluso con dinero, en las que suelen trabajar los dos», comentan.

Para darle la vuelta a las cifras sólo cabe una solución: educar y prevenir.

¿Droga? ¡Mejor sin!

Para trabajar en la prevención, la Fundación Aldaba Proyecto Hombre ha preparado una exposición en la que, a través de paneles, se ofrece un recorrido por los aspectos relacionados con las drogas.

Mediante preguntas se buscan las respuestas y se incide en sus riesgos, pero también en que se puede salir de ellas.

La muestra estará en la sala de exposiciones de Caja Círculo hasta el 20 de junio, después se irá de ruta por otras salas.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE VALLADOLID