La asociación considera "indignante" que la sentencia llegue con 18 años de retraso, no sólo por el "peregrinar" que ha supuesto para los padres conseguir el reconocimiento del error médico, sino porque encuentran la indemnización "paupérrima".

"Se hubiera podido evitar" 

El contagio, según la sentencia, se produjo el 4 de abril de 1990 cuando el niño, que tenía 16 meses, ingresó en el servicio de urgencias de un hospital madrileño aquejado de un shock séptico. A consecuencia del tratamiento, el menor resultó infectado por el virus de la hepatitis C.

La sentencia, tal y como mantenían los padres del menor, considera que "la ciencia médica conocía la existencia del virus provocador de la hepatitis C, por lo que aplicando los análisis previos con los marcadores detectores del virus VHC se hubiera podido evitar".