«¡Rita, Rita, lo que contamina se quita!». Con este grito de guerra, unos 150 vecinos de Patraix recibieron un convoy formado por cuatro camiones de gran tonelaje y una grúa que, en la madrugada del lunes al martes (a las 3.15 horas), iba a entrar al solar de Iberdrola donde se construye una planta eléctrica.
Según el portavoz de la comisión para el traslado de la misma, «sabíamos que iban a venir, pero no cuándo, por eso hacíamos guardia todas las noches. En el momento en que los vieron llegar, nos avisaron y nos pusimos delante para cortar el paso». Anoche volvieron a montar brigadas de vigilancia.
Tanto los camiones como la grúa iban acompañados por la Policía Local, pero «todo discurrió con normalidad y de forma pacífica. A los 40 minutos, se fueron», explicó.
La misma fuente denunció que Iberdrola «incumple la resolución de la dirección general de energía que limita el desarrollo de las obras al horario diurno». El quebrantamiento de esta resolución implicaría, continúa, «la paralización de las obras».
Por este motivo, ayer la solicitaron por escrito al Ayuntamiento y a la dirección general. Fuentes del Consistorio afirmaron que «las obras son legales porque tienen los permisos y, de momento, sólo están haciendo movimientos de tierra».
El Ayuntamiento se contradice
El Consistorio firmó en diciembre de 2003 un certificado en el que aseguraba que la actividad de la instalación era inocua (sin riesgos ni molestias). Sin embargo, el grupo Esquerra Unida reveló el jueves pasado que un informe de la Comisión de Actividades del 25 de abril de este año califica de «molesta y peligrosa» la instalación.
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