Oportunidad de oro o esfuerzo inútil. Los exámenes extraordinarios de septiembre son, al menos según los profesionales de la enseñanza, un buen sistema para recuperar el tiempo perdido o poner remedio a un desliz puntual por parte del alumno.

Sin embargo, como advierte José Luis Negro, decano del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid (CDLM), no aprobar en junio «suele ser el síntoma de una patología». Esto es así, afirma, porque los que suspenden en ese mes «no lo hacen con un 4 ó un 4,5». Y la actitud más positiva es que, tanto el alumno como los padres –en el caso de los niños y adolescentes–, «asuman el suspenso como resultado de dificultades personales y que no echen balones fuera».

Ante la pregunta de ¿por qué ha suspendido usted a mi hijo?, que muchos progenitores le espetan al profesor, Negro opone otra: «¿Usted al médico le pregunta por qué tiene gripe su hijo?».

Explica Roberto Salmerón, secretario del CDLM, que «detrás de cada fracaso escolar hay que averiguar primero si existe otro familiar y social». Si se trata de un suspenso puntual, este profesor aboga por acudir a una academia o a un profesor particular, aunque el apoyo de la familia debe ser el primer recurso y hay que vigilar que las clases de refuerzo se ajusten al plan de estudios.

Consejos

Algunos consejos obvios, pero de probada eficacia, pueden ayudar. La clave es leer bien y memorizar, indica Aurora Campuzano, portavoz del CDLM. Una primera lectura sirve para descubrir los conceptos importantes; en la segunda, se subrayan, y a continuación, las ideas más importantes se fijan en el cuadro sinóptico que luego servirá para repasar. Las sesiones de estudio deben ser de al menos una hora y hay que empezar por la asignatura más fácil, luego la más difícil.

La importancia del entorno

Todo debe favorecer la concentración y el rendimiento, aunque eso no significa quedarse sin vacaciones. Los expertos aconsejan volver a coger los libros tras 15 ó 20 días de descanso y establecer un horario fijo diario, interrumpido sólo los fines de semana. «Nada de estudiar tirado en el sofá», recomienda Aurora Campuzano, lo mejor es sentarse delante de una mesa con todo el material a mano y sin tele (disminuye el rendimiento hasta un 9%). Y, antes de guardar los apuntes, hacer una autoevaluación permite saber lo que hemos retenido en la memoria.

El fracaso universitario en cifras

28%

Es la tasa de universitarios que no acaban la carrera. Por ramas, en CC Experimentales (ciclo largo) es del 40% y en Enseñanzas Técnicas, de un 34%. Por contra, en CC de la Salud se queda en el 10% (ciclo corto). En secundaria, el abandono llega al 25%.

74%

Son los que no terminan la carrera en el plazo fijado. En Enseñanzas Técnicas, el 96% de los alumnos no lo hacen; el 83% en CC Experimentales; el 49% en CC de la Salud. En CC Sociales y Jurídicas le ocurre al 69%, y al 72% en Humanidades.

7,8

Son los años que tarda de media un estudiante de Enseñanzas Técnicas en acabar su carrera (en ciclo corto son 5,7 años); en CC Experimentales, 4,5 (ciclo corto) y 6,5 (largo); en Humanidades, 6; en CC de la Salud, 3,3 (ciclo corto) y 6,7 años (ciclo largo).