Uno de cada cuatro jóvenes que acude a Alcohólicos Anónimos es menor de 28 años

  • Cada vez acuden más jóvenes a Alcohólicos Anónimos.
  • Ahora es un tercio. Entre las causas están el ‘botelleo´ y la timidez.
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Empezó bebiendo en la facultad para ser menos tímido con sus compañeras, pero lo que consiguió fue una borrachera de por vida. Ahora tiene una adicción, una hipoteca por las deudas del juego y muchas ganas de curarse.

Así es la historia de uno de los 133 jóvenes (de 19 a 28 años) de la Región que acude semanalmente a terapias de Alcohólicos Anónimos.

Cada vez son más numerosos y de edades más tempranas los murcianos que van a Alcohólicos Anónimos. Hace dos años eran 255 socios; en 2007 eran 340 y este año ya son 380, de los que el 35% son menores de 29. Es decir, uno de cada tres personas que van a terapia es joven. Hace dos años eran uno de cada cuatro. El número de casos entre universitarios ha crecido un 20% desde 2006, según la asociación.

Entre las causas del aumento del alcoholismo entre los jóvenes está el exceso de salidas, encabezadas por los ‘botelleos', la timidez y los problemas personales.

Ante esta situación, la Asociación Murciana de Alcohólicos Anónimos tiene previsto crear un grupo de rehabilitación sólo para jóvenes alcohólicos de Murcia. La entidad cuenta con 19 grupos de terapia y a corto plazo serán tres más (entre ellos el juvenil). Si estás interesado en obtener más información, llama al 600 843 810.

Demasiado alcohol

El 40% de los pacientes que van al centro de salud beben de más y la mayoría, no son conscientes de ello. «Vienen por otros motivos, como gastroenteritis o diarreas. Cuando hacemos el reconocimiento nos damos cuenta de que la raíz del problema es que los pacientes beben en exceso», explicó a 20minutos Juan de Dios González, presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Familiar.

Luis. Alcohólico anónimo

"Bajé el Puerto de la Cadena encima del capó y con cubata"

Luis tiene 28 años, pero empezó a beber a los 16. Ahora, lleva un año rehabilitado. Él sabe que si prueba una gota de alcohol volverá a salir lo peor de él.

«Lo he pasado muy mal. No tenía control sobre mis actos. Una vez bajé el Puerto de la Cadena encima del capó de mi coche, que conducía un amigo, bebiéndome una botella de whisky. Lo peor de todo es que al día siguiente no me acordaba de nada y me lo tuvieron que contar».

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