Las murcianas se apuntan al tupper sex

  • Se reúnen en grupo para comprar juguetes eróticos.
  • Una asesora sexual se los lleva a casa.
  • Entre todas, se dejan 300 euros en vibradores, cremas...
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Un grupo de amigas compra juguetes eróticos a domicilio.
Un grupo de amigas compra juguetes eróticos a domicilio.
MARÍA PELLICER
Un grupo de amigas compra juguetes eróticos a domicilio.

Hace más de 20 años que nuestras madres dejaron atrás esas reuniones a domicilio para probar las nuevas fiambreras que estaban revolucionando el mercado. El tupperware hacía furor en aquellos años en los que hablar de sexo estaba casi prohibido. Ahora, los tuppers han dejado paso a patitos de goma y esponjosas fresas. Eso sí, todo motorizado.

Es la época de la revolución sexual femenina. Hablar de lo que a uno le gusta en la cama ya no es pecado. Y las chicas lo saben. Por eso se juntan para conversar sobre sexo y, si surge, hasta probarlo. Es la hora del tupper sex.

Las risas y un cierto nerviosismo infantil denotan que algo divertido va a pasar. Son las seis en punto y ya está todo listo en una casa de Espinardo. El café está en la mesa y 14 amigas, que rondan la treintena, esperan a Salud. «Buenas tardes, me llamo Salud y os voy a asesorar sobre juguetes eróticos». La función ya ha comenzado.

Salud no viene sola. La acompaña una enorme maleta roja cargada de utensilios. Lo primero son los aceites, cremas y hasta polvos que se esparcen sobre el cuerpo. Son para los preliminares del sexo.Cremas, lociones, lubricantes...

Lociones, lubricantes, cremas...

Una por una, las chicas embadurnan sus brazos con las lociones. Acto seguido, las saborean. Y es que ahí el surtido es amplio: desde el melón hasta las frutas exóticas, pasando por el mango. También queda sitio para el chocolate y los lubricantes.

Después de los aperitivos llega el plato fuerte: los vibradores. Hay desde pequeños juguetes ocultos en barras de labios hasta penes realistas. También se ven esposas de leopardo, plumeros o anillas para apretar el pene.

«La vergüenza ha pasado a un segundo plano. Estas charlas quitan el corte de los sex shops. Sobre todo llaman chicas jóvenes para celebrar cumpleaños o despedidas de soltera. Suelo tener una reunión por semana en la que se gastan unos 300 €», cuenta Salud Marín, la asesora de La Maleta Roja. Por cierto, para quedar con ella: 606 454 897.

Los chicos van al sex shop

En Murcia hay dos tiendas eróticas y cuatro sex shops. «La mayoría de nuestros clientes son hombres, pero últimamente sí que entran más chicas. A ellas les da más corte alquilar películas porno. Suelen comprar bolas chinas y juegos eróticos. A nuestro sex shop suelen entrar unos 150 clientes al día», explicó Daniel Pérez, de Sexyland. Ellos también se han puesto al día y han decidido organizar reuniones a domicilio. «Nos tenemos que poner las pilas. Ya hemos hecho una reunión. Quien quiera puede llamar a Fernando al 968 243 281».

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