Estornudos en serie, irritación de ojos, picores... Para las personas que sufren alergia es fácil distinguir sus síntomas de un resfriado común. Lo malo es cuando nunca se ha sido alérgico. Según el doctor José Fernando Florido, alergólogo del Hospital Clínico de Granada, en el último lustro el número de granadinos que padecen algún tipo de alergía ha aumentado un 5%, lo que supone unos 1.300 casos nuevos cada año. Dos de cada diez granadinos sufren ya los síntomas.

La sensibilidad al polen de olivo y las gramíneas -este último en niveles muy altos por la ausencia de lluvias- son las más extendidas en nuestra provincia. En la zona de costa prevalecen las alergias a los ácaros, que sí suelen confundirse más con los catarros.

Los cambios de hábitos de vida, la contaminación y las numerosas campañas de vacunación son las causas a las que este experto atribuye el alza. A su juicio, el estrés, las nuevas formas de vida, cada vez más urbanas; la mala alimentación y el control de algunas enfermedades está aumentado nuestra sensibilidad.

«Es difícil que una alergia al polen pase desapercibida en atención primaria, especialmente porque tienen su tiempo», asegura Florido.

El 90% de las personas que las sufren y están diagnosticadas tienen tratamientos efectivos que les permiten desarrollar sus quehaceres diarios con normalidad. Los fármacos son potentes y les permiten tener suficiente calidad de vida.

El doble en 25 años

Las previsiones sobre la prevalencia de la alergia no son nada positivas. Según los estudios, en los próximos 25 años el número de alérgicos se duplicará hasta afectar al 40% de la población en el año 2025.

El doctor José Fernando Florido, alergólogo del Hospital Clínico de Granada, asegura que esta tendencia ascendente es la que se está notando desde principios de este siglo. La demanda aumenta, sobre todo, en personas con problemas respiratorios y asma de tipo blonquial.

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