La boda de Jenna, una de las dos hijas mellizas de George Bush, no tendrá nada que ver con la de la hija de su antiguo aliado, José María Aznar. Se trata de un enlace económico que tendrá lugar mañana en el rancho de la familia Bush en el estado de Texas.

Si hacemos caso a las insinuaciones del Presidente, las arcas de la economía familiar se han quedado tan resentidas que los invitados tendrán que conformarse con una barbacoa de chuletas asadas al estilo tejano. En una rueda de prensa, George bromeó así sobre el tema: "He tenido que hacer frente a unos gastos altísimos y también he tenido que recurrir a negociaciones diplomáticas muy delicadas...En resumidas cuentas, estoy planificando una boda".

George Bush ha realizado, no obstante, un importante gasto en la escenografía nupcial. "Es una cruz gigantesca de piedra caliza que se usará como altar, pero también como monumento en nuestro rancho".

Según la revista Vogue, el vestido que lucirá Jena es del diseñador Oscar de la Renta. Su hermana Bárbara ejercerá de dama de honor. Papá y mamá Bush han intentado mantener a sus hijas alejadas de la atención de los medios de comunicación durante años. El hecho de que fueran arrestadas por beber alcohol cuando eran menores de edad les reforzó en su decisión de evitar a toda costa que se convirtieran en famosas.