Desde el pasado febrero, la actriz Jennifer Lawrence y el galerista Cooke Maroney estaban prometidos. Como no había ningún anuncio ni ninguna filtración todo hacía indicar que esperarían para casarse al anuncio fijado dentro de un mes... pero parece que sus intenciones eran otras.

La idea era que lo hicieran por sorpresa y, como después de que hayan salido a la luz unas fotografías de ambos en Manhattan, en la Oficina de matrimonios de Nueva York, ni ellos mismo ni sus representantes han hecho ninguna declaración ni desmentido, todo hace indicar lo obvio.

Tal y como asegura el portal Page Six, la pareja fue vista el lunes llegando al juzgado acompañados por dos guardaespaldas, una amiga de la pareja y un fotógrafo que, según varias fuentes, se trataría nada más y nada menos que del prestigioso Mark Seliger, que ha trabajado para GQ o Vanity Fair, y que recientemente publicó una instantánea de la actriz de El lado bueno de las cosas en su Instagram.

Lawrence y Maroney habrían acudido para recoger unos papeles, que se especulan no podrían ser otra cosa que su licencia matrimonial. Estos documentos, de hecho, se pueden ver en algunas de las fotografías que han recogido medios como The Post.

Por si las pruebas no fuesen suficiente, un tuitero anónimo escribía: "Cuando vas a por tu licencia de matrimonio y Jennifer Lawrence se pasa también para casarse ante tus ojos. Sí, chicos, el juzgado es genial. ¡Un lugar al que ir!". El tuit, por cierto, ya está borrado.

Otra de las cosas que más han encendido los rumores es que en una de las fotografías, Maroney aparece con las manos juntas como si pretendiese taparse su anillo de compromiso.

Y eso que los estilismos que han llevado ya han sido estudiados al milímetro: camiseta blanca, blazer gris y gafas de sol ella y pantalones de chándal azules y sudadera blanca el comerciante de arte.

De este modo, la pareja, que lleva dos años de relación, se habrían dado el "sí, quiero" antes de la ceremonia oficial, que está establecida en octubre y a la que acudirán amigos y familiares.

De hecho, como J. Law (como se la conoce en Estados Unidos) se conoce muy bien y comentó que durante la organización tuvo algún que otro momento de "Noviazilla" -jugando con el término Godzilla-.

Pero después de eso, y aunque admitió que había llorado porque organizó una despedida de soltera en el último minuto y nadie pudo asistir, se ha tomado las cosas con muchísima calma y cachaza.

"Me he sentido muy a gusto [con los preparativos]. No he sido muy neurótica durante la organización, pero porque soy demasiado floja. Vi un vestido que me gustó y pensé, '¡Ese va a ser mi vestido!'. Vi un lugar que me gustó y pensé, '¡Genial, ya tenemos el sitio!'", afirmó la ganadora del Oscar.

Según ella, desde que gracias a su amiga Laura Simpson conociera a Cooke Maroney a primeros de 2018, después de salir con su expareja, el también actor Nicholas Hoult, ya sabía que queria casarse con él.

"Definitivamente, antes no sentía que estuviera lista para casarme. Y luego, nada más conocer a Cooke, ya quería casarme con él. Queríamos casarnos el uno con el otro. Queríamos comprometernos plenamente, él es mi mejor amigo", fueron sus palabras.