La cantante María Jiménez ofreció este sábado su primera entrevista en televisión tras recibir el alta el pasado mes de julio, después de tres largos meses de ingreso hospitalario y de estar muy grave. Fue en Sábado deluxe y la artista reconoció que llegó "muerta al hospital. He resucitado y aquí estoy".
Jiménez explicó lo ocurrido: "No podía ir al baño, ya llevaba muchos días. Me quejaba y no me encontraba bien. Una noche llamé a mi hijo y le dije que viniera para ir al médico. Tenía vómitos muy malos. Me tenían que operar y me dijeron que me tenía que ir a Cádiz porque en Sevilla no había quirófano". El virus le afectó a la masa muscular y ahora está en rehabilitación, a lo que dedica cada día dos horas y media.
"Yo no he tenido la sensación de que me podía morir. Después de la muerte hay otro cachondeo. Esto no acaba aquí, lo tengo clarísimo", dijo, aunque matizó que lo peor que llevo es que se lo he hecho pasar fatal a mi familia. Cuando desperté del coma vi a mi hermana y a mi hijo llorando". "Mi hijo estaba hecho polvo, pensó que me moría", admitió.
Una cosa buena de este trago ha sido que "gracias a la enfermedad me ha dado cuenta de lo que me quiere la gente y he recuperado a muchos amigos a los que hacía años que no veía".
Además, la artista tuvo tiempo para contar alguna anécdota divertida, como que coincidió en una sesión de rehabilitación con una señora que le preguntó: "Oye, ¿la María Jiménez se murió o no?", a lo que la cantante contestó: "¡Señora, que María Jiménez soy yo".
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