La prueba, que se ha organizado en colaboración con ClubRunning, ha arrancado al cierre operativo del aeropuerto y en esta edición ha ofrecido la novedad de un trazado algo más corto, de 3,2 kilómetros, para aquellos que quisieran hacerlo andando o a marcha lenta. Para el resto, el recorrido ha sido de ocho kilómetros.
En ambos casos, la mayor parte de la carrera ha transcurrido por el campo de vuelo, incluidas las calles de rodadura, que sirven de salida a las aeronaves cuando se dirigen a la plataforma de estacionamiento, según ha explicado en un comunicado Aena.
La recaudación de las inscripciones (doce euros por dorsal) se donará al Centro Diagnóstico de Enfermedades Moleculares (Cedem). Este centro trabaja en el diagnóstico precoz de las enfermedades metabólicas hereditarias con fines preventivos, así como en la investigación de las bases moleculares de estas enfermedades para facilitar la aplicación de nuevas terapias farmacológicas y genéticas.
La carrera, que ha estado abierta a cualquier persona que quisiera participar a partir de una edad mínima de diez años, no ha tenido carácter competitivo, ya que el fin no era otro que celebrar una fiesta benéfica y disfrutar de ella en un entorno tan especial como un aeropuerto.
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