Según recoge la calificación del fiscal, el procesado vivía con su esposa y sus dos hijos menores en el mismo bloque en el que residía la hermana de su mujer, su cuñada, junto con la menor víctima de los abusos, que mantenía una relación estrecha con su tía y sus primos, de quienes cuidaba cuando se lo pedía su tía, de manera que dormía en su domicilio.
Al principio, el procesado vivía con su familia en una vivienda que no tenía cocina ni baño y solo había una sala de estar, con una televisión, un sillón y una cama, donde el acusado "veía con frecuencia películas de contenido sexual que le mostraba a la menor".
En una ocasión, según el Ministerio Público, "el procesado aprovechando que todos lo miembros de la familia se encontraban durmiendo, se levantaba de madrugada" y presuntamente intentaba abusar de ella.
Como consecuencia de los hechos, "la menor presenta sintomatología de ansiedad, tristeza, llanto, desesperanza y nerviosismo frecuente", motivo por el que ha recibido intervención profesional especializada.
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