Los animales, que tanta compañía dan a los humanos, son rechazados, a veces, por su mejor amigo. Durante 2007 el centro de control animal de Sadeco recogió 2.732 animales de las calles y le llevaron 2.000 mascotas por no poder hacerse cargo de ellos sus dueños, lo que significa que cada día se abandonaron 13 animales, con un incremento del 3% respecto a 2006. De todos los animales que entraron en Sadeco,

Nuevas adopciones

Aunque los casos de abandonos sean comunes, cada vez son más los cordobeses que adoptan a los canes, en concreto cinco al día y prueba de ello es que en 2007 se adoptaron 1.461 gracias a Sadeco y 412 con la ayuda de la Comisión Investigadora del Maltrato Animal de Córdoba, entre ellos perros, gatos, un león, un lince y un macaco.

La ONG contribuyó a buscar a ocho mascotas, rescatar nueve animales en peligro, y denunciar a 12 propietarios por malos tratos y todas esas actividades las hicieron gracias a las 15 campañas de concienciación.

Sin animales por no tener dinero

Hasta para conservar a los animales hay que tener dinero. Y si no que se lo pregunten a Constantino Carmona, un transeúnte que perdió a Floppi, Loco, y el Indio, sus tres perros por no tener dinero para sacarlos de la perrera.

Este hombre pasó 14 días hospitalizado y desde el servicio de control de animales de Sadeco lo llamaron para que recogiera a sus tres amigos, que tenían el chip de identificación y cuando salió del hospital habían sacrificado a dos, y el tercero Floppi, lo esperaba pero al no poder pagar los gastos para retirarlo, el perro se quedó en las dependencias municipales.

Tino, como lo conocen sus amigos, es un indigente y sentía un gran amor hacia sus inseparables compañeros, a los que cuidaba y amaba desde hacía años y por culpa de haber pasado por el hospital se ha quedado sin sus únicos amigos.

El presidente de la Asociación Protectora de Animales Mi fiel amigo, Rafael Sánchez declara que "le resulta aberrante e inmoral que un servicio público sacrifique a tu mascota si no tienes el dinero para retirarlo".

De momento, Tino no puede tener nuevos amigos, pero pasa muchas tardes dando paseos por el parque Miraflores con el consuelo de la fotografía de sus perros, en vez de pasear con ellos.

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