La selección, que cuenta con la colaboración de Bankia, propone un recorrido cronológico y conceptual por la trayectoria del artista a través de 55 obras de gran formato datadas entre 1895 y 1929.

La presentación de la muestra, que se podrá visitar hasta el próximo

8 de diciembre, ha contado con la participación del presidente de Fundación Bancaja, Rafael Alcón; el director corporativo de la Territorial de Bankia en València y Castellón, Jaime Casas; y el comisario de la muestra, Francisco Javier Rojas, catedrático de historia del arte de la Universitat de València y director de la Cátedra Pinazo.

Según han explicado, Romero de Torres fue "un gran retratista y, aunque su pintura fue durante un tiempo vista como una expresión del tópico andaluz, fue ante todo un artista de una enorme sensibilidad que supo expresar las tensiones psicológicas del ser humano y la cuestión social".

La exposición revisa la evolución del pintor desde sus obras de juventud hasta la consolidación de su estilo con un "recorrido" por su "producción creativa", marcada por diferentes etapas diferenciadas. Al mismo tiempo, sus retratos y escenas costumbristas de la Andalucía de la época constituyen un "valioso" testimonio gráfico de la sociedad del periodo de entresiglos.

La propuesta reúne más de medio centenar de piezas de gran formato que proceden de más de una veintena de colecciones públicas y privadas como el Congreso de los Diputados, la Junta de Andalucía, el Museo de Bellas Artes de Castellón o el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, entre otras.

PRIMERA MUESTRA MONOGRÁFICA

El presidente de Fundación Bancaja, Rafael Alcón, ha explicado que se trata de la primera muestra monográfica que se realiza en València de un artista "clave" en la pintura española del siglo XIX y XX.

Asimismo, según Alcón, la muestra proporciona la oportunidad de contrastar el estilo del artista con las obras valencianas del momento. Un contraste que se puede observar "directamente" en la sala junto con la obra del pintor valenciano Antonio Fillol, ambas rechazadas de la exposición nacional de 1906 por considerarlas como "pinturas inmorales".

Parte del trabajo de investigación de la exposición se sitúa entre las muestras "más relevantes" dedicadas al pintor cordobés en España "por la importante selección de obras que revelan la evolución de su producción artística, incluyendo el Romero de Torres más desconocido", algo que permite ofrecer a València "una retrospectiva de la evolución del pintor", según ha manifestado el presidente de la fundación.

En este sentido, Alcón ha insistido en que la muestra profundiza en la trayectoria y figura "más personal" del artista. "El perfil biográfico que aporta la exposición es el mejor complemento para descubrir sus diferentes facetas", ha añadido.

CONCIENCIA SOCIAL Y EXALTACIÓN FEMENINA

El comisario de la exposición y catedrático de historia del arte de la Universitat de València, Francisco Javier Pérez Rojas, ha definido al pintor como un artista "imprescindible" en el panorama de cambio de siglo.

En este sentido, ha explicado que el pintor trata temas "muy actuales" como el género o la exaltación femenina, desde un punto de vista de "respeto" a la mujer. "Julio Romero de Torres se hace moderno siendo muy antiguo", ha declarado.

Otro de los puntos que ha destacado del protagonista de la exposición es la conciencia social y el naturalismo, unos temas "que se pueden ver en el recorrido transversal hasta el final de su trayectoria".

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con la reproducción de las obras instaladas en la exposición, que se completa con los textos críticos del comisario y de los expertos José María Palencia Cerezo y Fuensanta de la Torre, en los que además de analizar su trabajo se profundiza en su contexto familiar y social, clave en su producción artística.

"PECULIAR" ESTILO

Romero de Torres fue uno de los grandes retratistas de su tiempo. Apreciado y valorado, su galería de retratos es extensa y plural, desde los de sus amigas y amigos copleros y toreros a escritores, políticos y mujeres de la alta sociedad, además de estar considerado un gran retratista de los tipos femeninos populares.

Hasta entrados los años veinte, era un artista especialmente buscado para plasmar en el lienzo la imagen de diferentes personajes a los que impregnaba su "peculiar" estilo.

El pintor crece en un ambiente culto e intelectual, en constante contacto con el arte, y desde su infancia está vinculado a los núcleos culturales y sociales de Córdoba. Sus primeras obras son paisajes y escenas costumbristas que madura hasta encontrar un estilo propio.

La producción del artista se sitúa entre el fin de siglo y los años treinta, aunque su momento más brillante y creativo se concentra entre 1900 y 1920. Asimismo, desarrolla un arte lleno de poesía y misterio, trágico y sensual a un tiempo.

A la luz de Sorolla, Julio Romero de Torres opone una visión tenebrista que despierta la admiración de una selecta intelectualidad de su tiempo, a la vez que es una de los pocos artistas que se convierte en un mito popular. Su vínculo con los diferentes estratos sociales, su visión tradicional pero a la vez vanguardista de la pintura, y su estilo refinado y elegante le convierten en ese artista social, modernista y sofisticado que se puede ver en la exposición.