Los hechos ocurrieron el pasado viernes, cuando los agentes que realizaban labores de prevención fueron alertados por la sala del 091 para que se dirigiesen a un local de ocio de Gandia, donde al parecer los vigilantes de seguridad solicitaban su presencia al producirse el hurto de un teléfono en su interior, ha señalado la Jefatura Superior de Policía en un comunicado.

Los agentes observaron que los vigilantes tenían retenidos a dos jóvenes que, al parecer, habían sido sorprendidos por otra joven a la que le habían sustraído su teléfono móvil. Los policías averiguaron que los dos formaban parte de un grupo de jóvenes que habían llegado a Gandia a pasar cinco días de vacaciones. Al parecer, algunos de ellos se estarían dedicando a sustraer teléfonos móviles de los locales de ocio con el apoyo e interconexión de mensajes de whatsapp.

El grupo de jóvenes, un total de 12 procedentes de un barrio de Madrid, se alojaban en una casa de Gandia y, al parecer, uno de ellos se dedicaba a hurtar teléfonos móviles en el interior de los locales de ocio de la localidad. El ahora detenido se habría deshecho de los mismos porque el resto lo habrían alertado.

Los agentes dieron una batida por las inmediaciones de la casa que tenían alquilada y localizaron en un campo de cañizos, a unos 50 metros de la vivienda, una bolsa de plástico con cinco teléfonos móviles en su interior.

Entre los cinco móviles, que estaban envueltos en papel de aluminio, había uno valorado en más de 1.000 euros. Los agentes averiguaron que los había escondido el sospechoso.

Como consecuencia de las investigaciones, los policías lo detuvieron como presunto autor de tres delitos de hurto. Los agentes continúan las investigaciones para el total esclarecimiento de los hechos.

El detenido, sin antecedentes policiales, ha pasado a disposición judicial.