La Universidad de Salamanca (USAL) ha ampliado su oferta de centros de investigación con la creación del Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas, el único de estas características existente en España, con el que se pretende cubrir un vacío en el campo de las humanidades en lo que se refiere al estudio y edición de textos de esas épocas, especialmente hispánicos, según informaron fuentes de la institución académica.

Entre sus objetivos destacan el regular una línea de investigación pluridisciplinar que agrupe a los interesados que, adscritos a diversos departamentos, sobrellevan una línea de investigación semejante desde el punto de vista metodológico y temático, en concreto, los estudios relacionados con la cultura de la Edad Media y el Renacimiento.

Este Instituto aspira a convertirse en un centro de especialización que, desde la Universidad de Salamanca, coordine los esfuerzos dirigidos a ese fin y permita la colaboración institucional con personas y centros nacionales e internacionales, según explicó Carmen Codoñer, catedrática de Filología Latina.

El Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas está integrado inicialmente por los siguientes investigadores: Pedro Cátedra García (Literatura Hispánica Medieval y Renacentista), Carmen Codoñer Merino (Filología Latina Medieval y Renacentista), Baltasar Cuart Moner (Historiografía Renacentista), Berta María Gutiérrez Rodilla (Historia de la Ciencia), Gregorio Hinojo Andrés (Filología Latina Renacentista), María Nieves Sánchez-González de Herrero (Lexicografía Medieval Hispánica), Javier San José Lera (Literatura Hispánica Renacentista), Manuel Ambrosio Sánchez Sánchez (Literatura Hispánica Medieval y Renacentista) y Concepción Vázquez Benito (Lexicografía Técnica Árabe).

Una vez en funcionamiento, el Instituto queda abierto a la incorporación de otros grupos e investigadores de la Universidad salmantina que muestren interés por participar en él.

Los estudios sobre Edad Media y Renacimiento constituyen desde hace varios decenios objeto de interés creciente por parte de la comunidad de filólogos, lingüistas e historiadores. Los trabajos se multiplican en su doble dimensión: analizar cuál fue el proceso de asimilación de la cultura clásica durante esos siglos y, como la consecuente natural, cuáles fueron los mecanismos y peculiaridades que determinaron su diversificación posterior en el continente europeo.

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