Los detenidos, tras ser oídos en declaración en dependencias policiales, han quedado en libertad, a la espera de que la autoridad judicial continúe con la instrucción de la causa.

"Estas personas con enfermedades como Alzheimer o con principios de pérdida de sus facultades cognitivas eran detectadas por estos empleados de venta puerta a puerta, y les forzaban a la contratación y adquisición de diversos efectos como libros, colchones o productos pseudos-medicinales", señalan desde la Policía en nota de prensa.

Los hechos se remontan a 2016 y 2017. Los detenidos, que carecían de antecedentes policiales, cerraron la contratación de diversos productos, llegando incluso en algún caso a vender el mismo producto a la misma persona repetidas veces, sin tener en cuenta la utilidad o uso que se le iba a dar por parte del comprador al artículo adquirido. Volvían de forma periódica al domicilio de la víctima, para tras embaucarle con una charla, conseguir firmar un nuevo contrato.

En otro caso, a pesar del desistimiento de la víctima y de retirar por parte del comercial el producto adquirido, no se daba de baja la obligación con la financiera del pago mensual al que se debía hacer frente. El perjuicio ocasionado a uno de los perjudicados supera los 25.000 euros y en otro caso llega hasta los 1.500 euros.

Las empresas implicadas, suelen cambiar de denominación social cada cierto tiempo, para evitar con ello eludir la acción de la justicia o el pago a la hacienda pública. Los comerciales y directivos de las empresas implicadas, vuelven a operar bajo otro nombre o denominación social.

Se ha detectado por parte de los investigadores como realizan primero un sondeo telefónico para detectar posibles víctimas propicias, buscando personas de avanzada edad, con parte de sus facultades físicas o mentales mermadas, con pérdidas de memoria parcial, que vivan solas y tengan independencia económica que pueda hacer frente al pago de producto en metálico o a falta de ello, se pueda conseguir una financiación de su compra, facilitando todo el tramite documental para conseguirla y con ello cerrar la contratación del producto.

Cuando los familiares detectan lo ocurrido, como es el caso de estos dos hechos investigados en los últimos días por parte de los agentes de la Comisaría de Avilés, a veces han transcurrido años, durante los cuales sus familiares han ido adquiriendo distintos productos que a veces llegan a guardar o esconder sin más, sin darle uso alguno y sin querer comunicar la compra a sus allegados.