Al norte de Tabladillo hay una serie de pueblos maravillosos. El camino de San Miguel de Bermuy nos lleva a orillas del Río Duratón por distintas localidades, como Fuentidueña.
Al norte de Tabladillo hay una serie de pueblos maravillosos. El camino de San Miguel de Bermuy nos lleva a orillas del Río Duratón por distintas localidades, como Fuentidueña.
DIPUTACIÓN DE SEGOVIA

Travesía por Segovia al norte del Valle de Tabladillo

Es probable que el viaje por el norte de Segovia, que transita por territorios poco conocidos, proporcione grandes sorpresas. Aquí no encontraremos ninguno de los monumentos más afamados y visitados por los turistas. Características todas ellas por las que vale la pena ponerse en camino y disfrutar de la travesía.

La ruta empieza en Sacramenia, en un paisaje de cerros calizos que históricamente fueron buenos enclaves defensivos. Aunque hay restos muy anteriores, muchas de las aldeas de la zona se remontan al proceso de repoblación del año 1000.

Durante los siglos xiii y xiv, hubo un nuevo proceso de emigración hacia tierras andaluzas, dejando a la zona despoblada y a muchos de los templos románicos abandonados, por lo que no muestran las modificaciones presentes en los lugares habitados.

Si no tenemos prisa, disfrutar de un buen asado acompañado por algún vino de Valtiendas puede ayudar a saciar nuestra necesidad de cultura.

Desde los cerros que vigilan Sacramenia quedan los restos muy destruidos de la iglesia de San Miguel, ejemplo de lo que fue un primer románico. Peor suerte tuvo el monasterio de Santa María la Real, fundado en 1141 en el paraje conocido como Coto de San Bernardo, a pocos kilómetros del lugar. El claustro, la sala capitular y el refectorio de esta construcción fueron vendidos en 1925 a William Randolph Hearst, el magnate norteamericano que promovió la prensa amarilla e inspiró a Orson Welles el personaje del filme Ciudadano Kane.

Una historia semejante se vivió en Fuentidueña, que antaño fue la cabecera de la Comunidad de Villa y Tierra que aglutinaba toda la zona. El ábside de la iglesia de San Martín fue desmembrado y pieza a pieza se envió durante un tiempo a Estados Unidos para su reconstrucción.

El camino que rodea Fuentidueña marca el escenario. Se trata de una fantástica villa fortificada, con restos del castillo y la muralla, además de un palacio, varias iglesias y casas asoportaladas que se descubren al pasear por sus calles.

El valle

Siguiendo con la ruta, dejamos de lado parajes más conocidos para desviarnos hacia el Valle de Tabladillo, un caserío casi escondido en una zona de curiosas formaciones rocosas calizas por donde discurren varias sendas, las cuales se presentan como excelentes para dar largas caminatas. Su arquitectura tradicional es muy interesante, cuenta con casas de dos plantas en las que la baja es de piedra y la alta de madera y adobe.

Las carreteras que atraviesan la Sierra de Pradales no tiene un límite claro y el instinto siempre es un buen referente para buscar una nueva sorpresa. Es fácil llegar  a Urueñas, el pueblo que cuenta con más población de toda la zona y que concentra algunos servicios fundamentales. La iglesia de San Juan Bautista es de grandes dimensiones, probablemente un antiguo templo románico que ha ido agrandándose con el paso de sucesivas intervenciones. Después, unas poderosas esculturas en acero y piedra nos acercan a las vanguardias.

Así llegamos por Navares de Enmedio a Navares de las Cuevas, otro lugar lleno de sorpresas. Como el palacio de los Marqueses de Revilla, renacentista y un poco apartada, se halla la prerrománica ermita de Nuestra Señora del Barrio.

SEGOVIA
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En Aldeanueva de la Serrezuela se encuentran, como en otras poblaciones de esta zona, lagares y bodegas excavadas en la roca o aprovechando recovecos de las cuevas. También hallamos dos curiosos museos, uno dedicado a Doña Juana la Loca y otro a la Editorial Hernando, que durante más de un siglo realizó una importantísima labor cultural en España y cuyo fundador era originario de Aldeanueva.

Lejos de terminar la travesía, nuestra siguiente parada es Castrojimeno, donde aparece la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, que en su origen fue un templo románico. También encontramos, como en otros pueblos de la comarca, lagares y bodegas tradicionales, muchas de las cuales todavía siguen utilizándose para guardar el vino.

Pero lo más curioso está en la naturaleza, ya que está situado sobre una peña caliza bordeada por dos arroyos. La erosión ha generado curiosas formas en las rocas y cortados que dejan ver las diferentes capas y sedimentos que reflejan la historia geológica de la comarca. Así, encontramos abundantes fósiles marinos, como moluscos y corales. Se calcula que hace 85 millones de años la zona estaba cubierta por un mar cálido y poco profundo que propició la formación de un arrecife de coral, el cual es posible verlo ahora en este poco conocido rincón de la provincia de Segovia.

PARA COMER

Restaurante Maribel

Plaza Mayor, 3. Sacramenia, Segovia.