Así se hizo... 'La última tentación de Chocho'

  • Todos los detalles del rodaje del capítulo 4 de 'Amor sobrenatural'.
  • La estrella invitada es Savitri Ceballos, la repartidora de publicidad.
  • Un exhibicionista anónimo casi se cuela en una de las escenas.
Rafael Fernández e Illia Torralba en el rodaje. FOTO: Pedro Polo.
Rafael Fernández e Illia Torralba en el rodaje. FOTO: Pedro Polo.
PEDRO POLO
Rafael Fernández e Illia Torralba en el rodaje. FOTO: Pedro Polo.
, el cuarto capítulo de
Amor sobrenatural, resultó un poco subido de tono y con
algún que otro contratiempo.
Amor sobrenatural - rodajeEl feísimo
objeto que le regala Antonio a Claudia –ese reloj con joyero y otras cosas–
costó 21 euros. El director, Ezcritor, lo veía
en el escaparate de una tienda, regentada por gente de nacionalidad china, cada mañana
cuando iba a trabajar. No era capaz de imaginar
a quién se le ocurriría comprarlo, y acabó siendo él mismo.

Rafael le pidió al dueño del comercio
permiso para grabar a Antonio comprándole el regalo, pero el hombre
no entendió su propuesta, y sólo supo responder un "no tengo, no tengo". Se optó por
grabarlo todo desde fuera, pero el dueño se enfadó y
echó a patadas a Salva Dávila de su puerta,
cerrándola de un portazo.
Amor sobrenatural - rodaje
Savitri Ceballos, la histérica repartidora de publicidad, es la
estrella invitada en este capítulo. Es actriz profesional y realiza giras con el
Teatro Nacional Clásico de Madrid. Lo que más le llamó la atención de su papel
fue poder decir palabrotas, porque "en el teatro clásico, es impensable". La propaganda son
hojas de un diccionario de español-inglés.

Por otro lado,
el consolador gigante que el director de cine regala a Claudia
no es un artículo de broma, se puede comprar en los
sex shops de
amantis.net. Mide más de 45 cm de largo y
pesa tres kilos. El director es interpretado por
Cristóbal Icaza, dueño de una cadena
de sex shops alternativos.
Amor sobrenatural - rodajeDurante la grabación, Salva Dávila
reconoció, extrañamente, que le relajaba acostarse en el suelo mientras Savitri Ceballos
le pisaba la cabeza. En el parque de Pirámides, en Madrid, donde se rodó la escena de la repartidora de propaganda
había un exhibicionista. El Ezcritor se acercó a él
para ofrecerle salir en la serie, pero el hombre se asustó.

Por ultimo, y según cuenta
el propio Rafael, en el mismo parque, "los yonquis
acechaban como tiburones" la flamante cámara
recién comprada de Illia Torralba (codirector de
Amor sobrenatural).
No hubo que lamentar nada, así que el rodaje tuvo un final feliz.
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