Si, por las noches, uno se detiene durante unos minutos junto a los árboles que hay frente a Correos y al lado de la cárcel vieja de Murcia y mira hacia las ramas, tardará poco en ver a unas escaladoras especiales: son ratas.

Los roedores han tomado los jardines de la cárcel vieja, después de que hace unos meses el Ayuntamiento de Murcia se llevara los gatos callejeros que vivían en el edificio y que mantenían a raya a las ratas.

Ahora, sin depredadores que los acechen, los roedores campan a sus anchas. Sus restos, de hecho, se pueden ver a primera hora de la mañana en el suelo, frente a la delegación de Correos.

«Van de rama en rama, royendo la corteza de los árboles y manteniendo el equilibrio de una forma asombrosa», asegura un vecino que coge todas las noches el autobús que va hacia Altorreal en la parada de Correos.

Los Servicios Municipales de Salud del Ayuntamiento de Murcia ya han registrado quejas vecinales por la presencia de los roedores en la cárcel vieja y aseguran que ya se ha empezado a desratizar la zona con cebos para envenenarlas. Luego pasarán a recoger los cadáveres.

En cuanto a los gatos, la Universidad de Murcia ya ha terminado el estudio que le pidió el Ayuntamiento para controlar la salud y ubicación de colonias callejeras.