Muchas veces, en los sucesos aparece lo mejor de cada uno de nosotros. Es el caso de Nacho Ruiz, un vecino del número 11 de la céntrica plaza de Santa Eulalia en Murcia, en el que esta mañana se ha producido una explosión de gas, que se saldó con un herido grave con quemaduras en todo el cuerpo y por inhalación de humos.

Este joven se armó de valor para subir al tercer piso a rescatar a una anciana impedida, cogerla en brazos, bajar por la escalera y ponerla a salvo. La testigo de su proeza es una aparatosa venda que le cubre la mano y el antebrazo izquierdos: "Cuando bajábamos hacia el primero, el humo negro no nos dejaba respirar y no se veía nada", relata. "Así que cuando pasé por la ventana de la escalera la tuve que romper con la mano. Entró una bocanada de aire que nos permitió llegar hasta el portal", concluye Nacho Ruiz, que tiene sólo unos cortes.

El joven, ya a primera hora de la mañana, notó un olor raro. Avisó a Paula Martínez, la portera, que tras preguntar por las casas y no obtener respuesta, se pensó "que venía de algún desagüe". A Nacho Ruiz le pilló en su casa, "que retumbó". La portera tuvo suerte: "Me fui a tomarme un café con leche y nada más coger el vaso, escuché la explosión", explica mientras friega el portal para quitar la sangre del suelo.

La explosión ha sido un gran susto para todos los vecinos. Antonio Puigcerver, secretario del Centro Social de Mayores de Santa Eulalia (que está justo debajo de la casa de la explosión), relata que "los martes entramos un compañero y yo porque es el día en el que repartimos la prensa. Hemos oído un bombazo. Al principio creí que era un cohete de la subida de la Virgen de la Fuensanta. Pero hemos visto salir volando una persiana como si fuera un obús y varios maceteros. He salido corriendo, porque si era una bombona podría haber más, o si hubiera sido la ETA, ponen una bomba y luego otra".