Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, la investigación se inició con la denuncia de la directora del centro educativo, que daba cuenta de que durante el fin de semana habían forzado una ventana tipo corredera del piso superior y habían sustraído dos ordenadores portátiles que se encontraba en una de las aulas del colegio.

Fruto de la investigación, se pudo constatar que el supuesto autor de los hechos era un joven con antecedentes por robo que había conseguido vender los efectos robados por menos de 100 euros cada uno. Los investigadores pudieron recuperar uno de los ordenadores en una tienda de segunda mano de Gijón y reintegrarlo al centro educativo.

El arrestado negó haber sido el autor del robo y dijo que dos chicos con los que había coincidido por la calle,

a los que no conocía ni había visto nunca ni volvió a ver, le habían ofrecido venderle los dos ordenadores por 50 euros y él, sin preguntarles el origen porque creyó que eran suyos, los había adquirido pero no había participado en la ejecución del robo.

No obstante, ante los agentes no supo describir a estas personas ni aportar ningún dato que ayudara a su identificación, lo que venía a corroborar, según la Policía, "que sus excusas carecían de todo fundamento que justificaran que tuviera los aparatos en su poder".