Lo llamaron Test de Honestidad y consistía en comprobar cómo de honestos eran los argentinos después de que el 90% de los ciudadanos de este país se mostraran convencidos de que la corrupción "se va a agravar".

Fue así como los reporteros del CQC argentino descubrieron, in fraganti, a un sacerdote que se apropió de un teléfono móvil que no era suyo, según recoge menéame.

El test consistía, básicamente, en tres pruebas: primero colocaron unas gafas en una mesa de un bar, después un kiosquero devolvía más dinero del pertinente y, por último, el reportero dejaba olvidado un móvil y llamaba para intentar recuperarlo.

Es en esta última prueba cuando descubren a un sacerdote que se lleva el teléfono (minuto 6:15 del vídeo) y se niega a devolverlo asegurando que no puede saber si el aparato pertenece al reportero, pese a que éste llama al teléfono y suena, mientras el párroco lo tiene en su mano.

Finalmente el asunto se soluciona con la llegada de un policía que intenta mediar entre reportero y cura. Este último termina por devolver el aparato y se marcha indignado.