El investigado estaba quemando restos de poda de olivo y el fuego se descontroló, con lo que acabó quemando unos 2.000 metros cuadrados de masa forestal y monte bajo el pasado 21 de mayo.
La Guardia Civil fue alertada de que había un incendio forestal en el paraje de Almaraes del término municipal de Benalúa. Allí, una patrulla del Seprona comprobó que había dos focos en los que estaban trabajando en su extinción los Bomberos de Guadix.
Los agentes localizaron dos puntos de inicio del fuego en la finca propiedad del investigado, y en ambos aún se apreciaban de restos de poda aún humeantes. El investigado reconoció haber quemado ramas de olivo; pero manifestó que cuando abandonó la finca las hogueras estaban apagadas.
La Guardia Civil estima que actuó con negligencia y es presunto autor de una imprudencia grave al incumplir las condiciones generales y específicas de la quema establecidas en el Decreto 247/2001 de 13 de noviembre del Reglamento de Prevención y lucha contra los incendios forestales de la Junta de Andalucía.
El 95 por ciento de los incendios forestales son provocados por seres humanos, en su mayoría por negligencia. Por ello, la Guardia Civil recomienda extremar las precauciones si se va a hacer una quema de restos agrícolas o abortarla ante la más mínima duda, por ejemplo en un día de viento.
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