"Ha hecho muchísimo calor y muchísimo viento", ha explicado González Palacín para argumentar que esas circunstancias meteorológicas mermarán la producción de 3.250 kilos por hectárea a una media de 1.300 kilos que en el caso de Ávila podría no llegar a los 1.000, frente a otras zonas de la Comunidad en un estado más favorable como Burgos, que, no obstante, ha pasado de unas expectativas de 5.000 kilos a poder quedar por debajo de los 3.500.

"La caída del cereal ha sido drástica", ha sentenciado el coordinador de UCCL que ha cifrado entre un 40 y un 50 por ciento la pérdida en los forrajes y leguminosas con la esperanza de que "quizás" se pueda "salvar algo" el guisante, frente a situaciones "dramáticas y desastrosas" en alimentos como las lentejas, las alfalfas, cuyo primer corte ha sido "nulo", o en los pastos que están "completamente secos" con casos de falta de agua en los abrevaderos que tiene que ser suplida con cisternas.

El coordinador de UCCL ha evidenciado el "impás" que se vive en Castilla y León ante las negociaciones entre los diferentes partidos para cerrar el próximo gobierno de la Junta por lo que ha hecho un llamamiento al actual Ejecutivo en funciones para que convoque cuanto antes la Mesa de la sequía para empezar a analizar los daños, evaluar las pérdidas y poner en marcha medidas concretas que, según ha reivindicado, deben pasar por ayudas de 'mínimis' de 15.000 euros.

"En tres años, dos de sequía no lo aguanta ninguna explotación", ha advertido González Palacín, que ha recordado que 2017 fue un año "muy malo" para la cosecha de cereal de Castilla y León que "palió en parte" la recolección de 2018. "Un año más puede llevar al traste a muchas explotaciones", ha continuado el dirigente de UCCL en un llamamiento a los grupos para que tengan en cuenta que el sector primario aporta un 6 por ciento del PIB que, en su opinión, ese año se podría ver mermado en un 1 o un 1,5 por ciento.

"Si caemos nosotros cae la agroindustria y muchos servicios. Somos la base de la economía", ha reivindicado González Palacín en ese llamamiento a los partidos a apostar por aplicar ayudas directas que impidan que se pierda tejido productivo y puestos de trabajo en el medio rural.

Por su parte, el coordinador de UCCL en Valladolid, Valentín García, ha considerado "imprescindible" actuar para reforzar la política de suscripción de seguros que, con un presupuesto de 8 millones, mantiene el déficit respecto a la partida de 16 millones que se destinaba en 2008.

Según sus datos, aunque el pasado año se registró un repunte en la suscripción de pólizas, que alcanzaron a 23.308 y a 1,5 millones de hectáreas aseguradas, en 2019 han caído hasta 20.300 y 1,4 millones de hectáreas. "Es uno de los mejores sistemas para mantener las explotaciones", ha defendido García para reclamar "a quien entre" que apueste por esta medida "urgentísima".

Finalmente el responsable de Cultivos Herbáceos de UCCL, Isidoro del Campo, ha advertido de que la "situación crítica" de 2019 llega en el momento en el que los cultivadores tienen que empezar a pagar los créditos que pidieron por la sequía de 2017 ya que tenían un año de carencia. "Necesitamos ayudas de mínimis, es algo fundamental y urgente", ha sentenciado para augurar que cuando se empiece a segar la situación puede ser "bastante peor".

Preguntados por la situación del regadío, se han mostrado convencidos de que está "más o menos asegurado" para poder llevar a cabo "rotaciones normales", salvo en la provincia de Ávila donde la dotación de agua obligará a optar por una de cada cuatro hectáreas para salvar los cultivos de verano.