El año pasado los conductores de autobuses gijoneses llevaron a las oficinas centrales 718 objetos extraviados, un 7% más que en 2006 (670). Casi siempre son cosas pequeñas: móviles, llaveros, y carteras, por ejemplo, aunque también aparecen prendas de ropa y mochilas.

Lo que más extravían los gijoneses, sin embargo, son los paraguas. Hay tantos acumulados -215 en 2007- que «en la oficina tenemos una auténtica paragüera», bromea María Fernández, jefa de prensa de Emtusa. Una cuarta parte de los objetos que se extravían en el autobús no vuelven a sus dueños.

Antes de mandarlos a destruir, los responsables de los buses están obligados a custodiar los objetos dos años, a no ser que sean perecederos. En ese caso, o se tiran directamente (comida) o se guardan sólo dos meses (ropa). El teléfono para recuperarlos es el 985 18 10 80.