Las investigaciones de los agentes determinaron que el matrimonio, con numerosos antecedentes por hechos similares, acudían a los hoteles caracterizados de turistas y, aprovechando la distracción de los clientes a la hora de registrarse en los alojamientos, se hacían con bolsos de mano y equipajes para abandonar posteriormente el lugar.

Tras la detención se les imputa la comisión de diez delitos de hurto en Illetes, Magalluf, Santa Ponça y Peguera, aunque los agentes no descartan que la cifra aumente debido a las sospechas de que estas personas pudieran haber cometido hurtos similares por toda la Isla, por lo que la investigación continúa abierta.