"Las peores anécdotas, el abandono de los ancianos"

«Para nuestra salud, lo más duro de trabajar en el hospital es que tienes que hacer mucho esfuerzo con la espalda porque no hay grúas suficientes (...). Ésta es una de las principales causas de baja». Habla una de las enfermeras a las que la periodista Elisabeth G. Iborra ha dado voz en el libro Anécdotas de enfermeras.

¿Cómo surgió el libro?

Fue por un reportaje que hice sobre la fuga que hay de enfermeros al extranjero.

¿Qué le contaron?

Realicé unas 20 entrevistas. Me contaron las malas condiciones de la profesión. Están infravaloradas y se las trata muy mal a veces. Viven situaciones de dolor y muerte cada día y lo pasan fatal. Para quitarle peso y no llevarse todo eso a casa, recurren al humor.

¿Qué anécdotas destacaría?

Algunas divertidas: una señora que le dicen, tras morir su marido, que traiga sus ropas de duelo al día siguiente, y se trae la suya, no la del muerto. O la gitana que se negaba a que metieran el cadáver de su hijo en la cámara frigorífica.

¿Y las peores, las más duras?

Lo peor, el abandono de ancianos en el hospital, la falta de higiene de los pacientes o los objetos raros que se introduce la gente en los genitales. ¡Sobre todo verduras!

Biodatos. Elisabeth G. Iborra (Zaragoza, 1977) tiene mucha familia andaluza. Vive en Barcelona. Escribe para Calle 20 y grupo Z.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento