El mejor aspecto para cada ocasión

  • En el ámbito laboral se admiten casi todos los tipos de prendas.
  • Pero ¿qué transmitimos con nuestra apariencia?.
  • Aprender a controlar lo que dice nuestra ropa puede ser tan importante como dominar las técnicas de nuestra profesión

Para mucha gente, lo que importa de verdad es lo que va dentro de la ropa, no el vestuario. Nuestra ropa es algo así como la primera palabra y a nadie le interesa llegar al trabajo diciendo: «Buenas tardes, soy idiota».

Los tiempos han cambiado y en muchos ámbitos profesionales se admiten todos los tipos de prendas. Pero ¿qué transmiten determinados atuendos? Aprender a controlar lo que dice nuestra ropa puede ser tan importante como dominar las técnicas de nuestra profesión.

Una cresta de colores en el pelo, tatuajes en las falanges de los dedos o una cadena que cuelga entre los pendientes de la oreja y la nariz, tal vez no sea lo más adecuado para ir a trabajar. O sí, todo depende.

A tener en cuenta

Aspecto: La ropa puede mostrar valores, lo que se valora de las cosas, cómo se siente uno, si se es una persona organizada, original, creativa o todo lo contrario. Merece la pena prestar atención al vestuario aunque sea para parecer descuidado.

Consideración: Uno puede casarse de negro o ir a un entierro de rojo, no existe ley que lo impida, pero habitualmente nos interesa ser pertinentes y más en el ámbito laboral. A la hora de elegir vestuario se debe atender a dos cuestiones, dónde se va y qué se quiere transmitir.

Elección: Pantalón, falda, chaqueta, camisa, calzado, jersey, cinturón, cada prenda importa, pero además hay que considerar otros aspectos. La marca, el color, el corte o el motivo de los tejidos. También el aseo personal, el cabello, las uñas, la barba o el maquillaje.

Comodidad: Ir bien o mal es algo muy subjetivo. No depende sólo de la camisa o los zapatos, se trata de una impresión global. Muchas veces no hace falta ir como un pincel ni gastarse un dineral. Siempre es interesante dejarse aconsejar, pero es fundamental sentirse bien.

Categorías: Existen simplemente dos maneras de vestir: formal e informal. Para algunos empleos se requiere traje y corbata para los hombres y traje de chaqueta para ellas. En la gran mayoría de los trabajos no existen códigos tan rígidos. A partir de esta división básica, los matices son infinitos. Se puede ir más o menos relajado, deportivo o pulcro dentro de estas dos categorías.

Sonia Migallón 34 años, administrativa

«El aspecto físico es muy importante en una entrevista de trabajo y durante las primeras semanas en un nuevo trabajo. Cuando ya llevas más tiempo en la empresa te puedes relajar un poco, coges tu estilo y ya no te preocupas tanto. Es diferente si trabajas de cara al público o tienes que tratar directamente con clientes y proveedores. No me importa que el mecánico del taller tenga las manos llenas de grasa, pero si es el camarero, yo no entro más al restaurante».

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