Francisco Dalde, el hombre condenado a dos años cárcel por robar las figuras de un belén perteneciente al Obispado ya está en casa. El viernes por la tarde recibió el aviso de los funcionarios de la prisión de Puerto II de que quedaba en libertad.

Francisco relata el momento de la comunicación de su puesta en libertad: "Estaba en el patio de la prisión dando vueltas. Eran las seis de la tarde y me dije: ya tendré que esperar al lunes. Entonces los funcionarios pronunciaron mi nombre por el altavoz para que me presentara en ventanilla".

La comunicación no estuvo exenta de sorna: "Tenemos un parte del director que ordena que se te castigue con siete días de aislamiento. Me dijeron. Si yo no hecho nada, les contesté. Los funcionarios se rieron y replicaron: recoge tus cosas que te vas a casa en libertad. También es broma, ¿no? Les devolví. Aligérate y recoge tus cosas, que se van a ir los funcionarios y entonces no podrás salir hasta el lunes".

Francisco Dalde fue detenido cuando caminaba por la calle con su hija el pasado 27 de febrero para que cumpliera una condena a la que fue sentenciado allá por junio de 2004, y en relación a un delito que cometió en 1999. Tanto el Defensor del Pueblo, como el Ayuntamiento de Cádiz, como la propia víctima del delito, es decir, el Obispado de Cádiz, pidieron inmediatamente su indulto por tratarse de una persona que ya estaba completamente rehabilitada, poseía un trabajo fijo, era la única fuente de ingresos de su hogar, había devuelto lo sustraído y, en todo caso, aparecía como un afectado in extremis por la lentitud de la Justicia.

Sin embargo, Dalde desconoce todavía si su puesta en libertad obedece a la obtención del indulto, la suspensión de la pena o el tercer grado, por lo que se mantiene a la expectativa de lo que pueda decir a partir de hoy el Juzgado de lo Penal número 2.

Hoy también se reincorpora a su trabajo como encargado de obras y espera conocer si habrá de satisfacer los 4.591 euros de responsabilidad civil que formaban parte de la condena. Dalde se ha manifestado siempre predispuesto a abonarlo siempre que se le fraccione el pago y, claro está, se le permitiera estar en libertad para trabajar.

La familia ha agradecido la ayuda de todas las instituciones que le han apoyado en esta batalla. Dalde sólo acumulaba delitos contra la propiedad de una época en la que era adicto a la heroína y que ya quedó muy atrás.

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