Casi la mitad de los jóvenes deben su primer trabajo a enchufes

  • Contactos familiares o de amigos, primer paso hacia el empleo.
  • El 40% busca dinero y el 28% valora la experiencia.
  • El resto encuentra trabajo a través de la prensa e Internet.

Tener contactos es muy útil para conseguir un trabajo. Eso lo saben bien casi la mitad de los jóvenes madrileños que llegan por primera vez al mercado laboral: el 47% consiguió su primer empleo a través de un familiar (23%) o un amigo (24%), según una encuesta de la empresa de trabajo temporal Alta Gestión.

Otro 45% entró buscando ofertas en prensa e Internet o dejando sus datos en bolsas de empleo, y sólo el 8% obtuvo su primer puesto gracias a un profesor o centro de estudios. La primera motivación para trabajar es el dinero (el 40%) y la segunda, ganar experiencia (28%).

Ser recomendado no es valer menos

«Los universitarios se frustran al ver que sólo pueden trabajar con un enchufe», explica Marta Robledo, secretaria de Juventud de UGT-Madrid. Pero aclara que el uso de contactos no es algo negativo en sí: «Que alguien entre recomendado no quiere decir que valga menos. Muchas veces los contactos sirven para enterarse de ampliaciones de plantilla y plazas vacantes».

Madrid está por debajo de la media española de trabajadores con enchufe (50%). También le superan la Comunidad Valenciana y Andalucía (ambas con 56%), Cataluña (54%) y Castilla y León (48%).

El 80% de los jóvenes trabajaron antes de acabar la universidad y el 54% lo hizo al poco de salir del instituto. «Estos trabajos no suelen servir para coger experiencia y son precarios», dice Paula Guisande, del Sindicato Joven CC OO.

El primer trabajo más común tiene que ver con la hostelería, mediante un contrato temporal. La mitad de los madrileños ya conocía el mercado laboral al cumplir los 18 años.

Un caso práctico: «El que vale se gana el puesto»

Daniel, 26 años, recomendó a Juan Carlos, 25. «La empresa me pidió que recomendara a alguien que trabajara bien y pensé en mi amigo. Le hicieron una entrevista, les gustó su currículo y su disposición y le cogieron», cuenta Daniel, que trabaja en una empresa de venta de maquinaria de construcción. «Puedes estar enchufado a la hora de entrar, pero luego tienes que demostrar que vales. El que vale acaba ganándose el puesto».

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