La peatonalización del centro de Granada será una realidad en un año. La necesidad de gastar fondos europeos -se perderían de no invertirlos antes de final de año- ha acelerado la decisión del Ayuntamiento de la capital de convertir el casco histórico en un espacio reservado para los peatones, siguiendo el modelo llevado a cabo en los últimos años en otras ciudades andaluzas como Málaga -gestionada también por el PP-.

Así las cosas, el Consistorio ha aprobado la reforma de una veintena de calles del entorno de la plaza Bib-Rambla.

La actuación, que se llevará a cabo en cuatro fases, consiste en la remodelación de 18 vías paralelas y perpendiculares a dicha plaza. Esa reforma pasa por poner el mismo pavimento en todas las calles que, además, dejarán de tener aceras.

La imagen final será similar a la de una calzada uniforme que compartirán los pocos vehículos que pasen -residentes y carga y descarga- y peatones.

«El pavimento de algunas está muy deteriorado y las aceras son demasiado estrechas», explicaba ayer la edil de Urbanismo, Isabel Nieto, durante la presentación del proyecto que prevé prolongar la peatonalización hasta la calle Alhóndiga en 2009.

La iniciativa servirá también para conseguir una «imagen común de centro comercial» no sólo en lo que a suelo se refiere, ya que se cambiarán las farolas para instalar en las 18 calles luminarias del mismo modelo, salvo las históricas -fernandinas, por ejemplo-, que serán rehabilitadas «si así lo requieren».

El proyecto ha salvado las reticencias de los comerciantes del centro, pues «redundará en beneficios tanto para los negocios como para el turismo», valora el nuevo gerente del Centro Comercial Abierto, Christian Carbajosa. El material que se empleará será similar al de las aceras de Constitución: pavimento de granito gris con una franja central rosácea.

Reformas simultáneas en barrios

La asociación de vecinos Sagrario-Centro está «encantada» . «Lo estábamos esperando hace tiempo», comenta su presidente, Francisco Javier Guadalupe. El resto de barrios, no piensen que sus reformas se aplazan. «Empezamos por éstas -decía Nieto- porque había que gastar los fondos pero también se iniciarán simultáneamente las obras comprometidas en los otros barrios».