Los treinta kilogramos de uranio empobrecido hallados este miércoles a las afueras de Bogotá no pertenecían a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aclaró el jefe de las Fuerzas Militares de Colombia, el general Freddy Padilla de León.

Sin embargo, el alto oficial dijo que "las FARC estaban tratando de conseguir desde 2005" este metal, como lo muestra un archivo de uno de los ordenadores decomisados, a comienzos de mes, al abatido segundo al mando de este grupo rebelde y portavoz, 'Raúl Reyes'.

Padilla de León precisó que los dos informantes que facilitaron el hallazgo están relacionados con 'Belisario', alias del "contacto encargado de conseguir al grupo terrorista el material radiactivo". El contacto está identificado con este sobrenombre en el documento informático que desvela el interés de las FARC de obtener uranio para "un negocio con un Gobierno", con fines de lucro económico.

Algunos detalles del archivo fueron divulgados por el director de la Policía Nacional, el general Óscar Naranjo, el pasado 2 de marzo, al día siguiente del bombardeo en territorio ecuatoriano en el que murieron "Reyes" y otras 25 personas, entre rebeldes, varios civiles mexicanos y un presunto guerrillero ecuatoriano.

Un kilo por 2,5 millones de dólares

Según el mismo documento, quienes ofrecían a las FARC este metal proponían "la venta de cada kilo a 2,5 millones de dólares (1,6 millones de euros) que ellos entregarían, para que veamos (en esta guerrilla) a quién vendérselos y que debería ser un negocio con un Gobierno".

Los treinta kilos de uranio fueron hallados en Pasquila, aldea rural de la localidad campesina de Sumapaz, en la periferia sur de Bogotá, en base a los datos aportados por los dos informantes. La operación se inició después de que ambos entregaran a las autoridades una muestra del metal, lo que hicieron el pasado 20 de marzo, según indicó previamente el Ministerio de Defensa en un comunicado.