Cómo decir adiós

  • Despedirse del trabajo con profesionalidad.
  • Sin reproches ni disculpas.
  • Elegir el momento y las formas.

No es fácil dejar un empleo, aunque se esté deseando desde hace tiempo. El trámite puede contribuir al éxito en la carrera profesional o convertirse en una fuente de malos sentimientos por las recriminaciones entre empleado y empleador.

A veces, a esta relación mercantil se une algún tipo de amistad, otras veces es más tensa y distante. En cualquier caso, nos interesa romper esta relación de forma profesional.

Porque hay un trabajo mejor. Para empezar un negocio propio. Para dedicar tiempo a viajar, a la familia, a estudiar o lo que sea.

Despedirse de una empresa es tan normal como hacer una entrevista y a todo el mundo le interesa dominar esas situaciones.

Es una habilidad que puede ser determinante en nuestro mercado laboral. Si un jefe se vuelve loco, si ya has conseguido otro trabajo mucho mejor o si la empresa está a punto de desaparecer, la respuesta es sencilla. Pero no siempre está tan claro tomar una decisión acerca del momento de abandonar un empleo. Se debe tener en cuenta la concepción del trabajo, de la vida, de la felicidad, que cada cual tiene. Desde esa perspectiva valorar el puesto que se tiene, sus posibilidades y las frustraciones que genera.

El proceso

Hay dos maneras de llegar hasta ahí. O estás absolutamente convencido porque has reflexionado y evaluado todas las opciones, has hablado con los responsables y has decidido serenamente que te vas. O estás harto, al estilo Gallardón, y sólo tienes ganas de salir dando un portazo en cualquier momento.

La escena

La comunicación de una baja voluntaria se realiza a través de una carta, pero normalmente se transmitirá antes cara a cara. Puede ser que el jefe diga simplemente “gracias y suerte” y también se puede esperar alguna reacción en forma de preguntas. ¿Qué harás? ¿Dónde vas a trabajar? ¿Hay algo que pueda hacerte cambiar de opinión? Nadie te obliga a responder pero quizás es más inteligente proporcionar las respuestas que te interesan.

La actitud

Hay gente que se ha despedido con un mensaje de texto, otros con un puñetazo en la mesa, pero existen formas mejores. Mostrarse cortés, enfatizar los aspectos positivos de la estancia en la empresa, agradecer lo que se ha conseguido allí y explicar que se trata de lo mejor para ti.

Dejar las tareas de las que se es responsable resueltas, participar en el proceso de reemplazo del puesto y devolver todo el material perteneciente a la empresa. Se trata de cultivar siempre buenas relaciones de trabajo y por eso no se debe olvidar la despedida pertinente con los compañeros.

La notificación

Una carta dirigida al empleador en la que se indica la fecha de efecto de la baja es el único requisito. Se avisa con 15 días de antelación si no se establece distinto período en el Convenio Colectivo. Corresponde recibir la parte proporcional de pagas y vacaciones pero no da derecho a percibir la prestación por desempleo.

Testimonio

Joshua Maldonado, 29 años, barman.

“He trabajado para muchos empleadores y varias veces he presentado la baja voluntaria. Lo he hecho de manera distinta, según mi relación con los jefes. Una vez reclamaba desempeñar las tareas para las que estaba contratado, creo que ni siquiera me escucharon, estaba indignado, dije que me iba, me pagaron los quince días y no nos volvimos a ver más. Otras veces he estado más educado, incluso he soportado que me insultaran. Cuando me voy de un sitio no necesito odiar a nadie a no ser que haya alguna cuestión personal.”

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