Nuestro cerebro encuentra en los sentidos la ventana perfecta para comunicarnos con el exterior. Los humanos podemos recibir estímulos gracias, principalmente, al olfato, vista, gusto, tacto y oído, la falta de alguno de ellos podría complicar seriamente nuestra capacidad de recibir y procesar información de forma inmediata.

A través de la vista recibimos el 80% de la información que llega al cerebro, si jugamos sin ese porcentaje estaríamos ante una peculiar situación respecto a lo que a comunicación se refiere. Por último, imagínese si al 20% restante le empezamos a quitar puntos en los niveles de audición, ¿cómo podríamos conocer lo que ocurre a nuestro alrededor?

Así es el día a día de Antonio Acosta, presidente de la Asociación de Sordociegos (ASOCIDE) en Canarias  y la primera persona sordociega encargada de presidir una mesa electoral en España. El próximo domingo 28 de abril Acosta asistirá a su colegio electoral en Tenerife para arbitrar y determinar la validez de los votos.

Hace unos meses Antonio Acosta recibió una carta en la que se le notificaba su posición como presidente en una mesa electoral, "de entrada me produjo risa", comenta, pero tras analizar todas las consecuencias y consensuar con el equipo de personas que lo acompañarán en este jornada electoral, decidió "asumir este reto".

Acosta espera una situación donde la normalidad impere, que existan las anécdotas normales y típicas de una jornada electoral y que ninguna de ellas tenga que ver porque la persona que está al frente de una mesa fuera sordociega. Aceptar una oferta de estas características es "exigente y muy sacrificado", pero Acosta afirma que "el miedo, a veces, hace que las cosas se hagan mejor" y que su objetivo es dar visibilidad a las personas 7.000 personas con sordoceguera en España.

"Esfuerzo y energía personal" serán los mejores acompañantes de Acosta para la jornada electoral, además, recibirá la ayuda de un equipo de guías intérpretes, profesionales que atiendes las dificultades que una persona sordociega pueda tener en su día a día y que van a trasmitirle las indicaciones sobre todo lo que esté ocurriendo su alrededor.

Desde pequeño, el canario empezó a manifestar problemas de visión, por lo que su infancia y adolescencia estuvieron a la espera de intervenciones quirúrgicas; tras años de pérdida paulatina del sentido de la vista, Acosta fue declarado como persona ciega a sus 23 años. Estos problemas llegaron de forma gradual, por lo que según nos cuenta el tinerfeño su proceso de adaptación a esta nueva condición de vida no fue de forma "traumática o radical".

Años más tarde, empezó a notar la pérdida de capacidad auditiva "partir de los 40 y algo ya los servicios médicos me decían que esto iba en aumento y me recomendaron que utilizara prótesis auditiva". Gracias a los audífonos puede mantener una conversación sin a penas inconvenientes.

En sus tareas diarias encuentra ciertas dificultades para acceder de manera autonoma a determinados lugares, sobre todo a sitios que no conoce o con mucho ruido, "eso te limita, pero nunca digo que algo es imposible".

El presidente de ASOCIDE afirma que sus "mejores aliados" son las nuevas tecnologías que permiten a personas como él hacer labores "impensables hace apenas más de un año", como poder leer un periódico. Además, las redes sociales como WhatsAap permiten al canario poder comunicarse de manera más inmediata a través de un lector de pantalla que transmite de manera directa a su audífono la información que llega a su teléfono.

Para poder disfrutar de todas las ventajas que las nuevas tecnologías ofrecen a las personas sordociegas "tenemos que formarnos y aprender a utilizar las nuevas tecnologías". Sin embargo, las distintas entidades sociales encuentran, principalmente, tres inconvenientes: la falta de presupuesto, el no reconocimiento de la sordoceguera como discapacidad única y la poco visibilidad del colectivo.

"La crisis acabó con el 80% en cuatro o cinco años de las ONGs de nuestro país, por lo que es difícil que la administración pública ponga dinero de donde no hay" afirma. Además, Acosta se muestra optimista y espera que la situación cambie en un futuro y "dar una atención lo más justa posible a las personas sordociegas que hay en España".

La necesidad primordial es que la gente conozca esta situación social, les atraiga el tema y busquen soluciones para acercarse y comunicarse con personas de este colectivo. Acosta demanda "que la sociedad sepa que la sordoceguera existe, que estamos aquí, que necesitamos cosas, tenemos ilusiones en la vida y que necesitamos la colaboración social para convivir con normalidad.

Para visibilizar esta discapacidad, el colectivo está llevando a cabo un proyecto en el que se divulga el uso de un bastón rojo y blanco, es una forma de distinguir y visibilizar a las personas sordociegas de una persona ciega, para que la gente que vea este distintivo conozca que esa persona también tiene problemas auditivos.

La reina Letizia en un acto de personas sordociegas.

Desde que se convirtiera hace cuatro años en presidente de ASOCIDE Canarias, Antonio Acosta ha participado en diferentes eventos para la visibilización del colectivo de personas sordociegas. En uno de estos encuentros fue invitado a la Zarzuela en una cita promovida por la reina Letizia el pasado año con la junta directiva de la Federación de Asociaciones de Personas Sordociegas de España (FASOCIDE).

Tanto en este primer encuentro como en el que tuvo lugar en un evento por del Día Internacional de las Personas Sordociegas, coincidiendo con el 25 aniversario de ASOCIDE, celebrado el pasado mes de junio en Benidorm (Alicante), Acosta recuerda la actitud de la reina consorte como "cariñosa y empática" y confiesa que "la sensación entrañable perdura".

Antonio Acosta recuerda que las personas ciegas que quieran votar pueden solicitar con anterioridad a través de un teléfono el voto y el día de las elecciones se les entregará un maletín con las papeletas preseleccionadas en el sistema de lectura Braille.

El tinerfeño confiesa que acepta la labor encargada para este próximo domingo con "cierto miedo" pero busca recordar a la sociedad que las personas sordociegas tienen "las mismas necesidades que el resto de la sociedad sólo que buscamos otras maneras de adquirir la información".