El detenido llegó hasta el establecimiento con su coche. Lo estacionó por la parte posterior y con el gato del vehículo forzó una de las rejas del sótano y abrió el hueco suficiente para pasar entre ellas.

Accedió al establecimiento con una linterna y con un gorro de color negro con el que trataba de ocultar su rostro, sustrajo unos 400 euros que había en la caja registradora y huyó por la misma ventana por la que había entrado.

Cuando el ahora detenido accedió al bar saltó la alarma del establecimiento y tanto el propietario como la Guardia Civil fueron alertados. Los agentes se entrevistaron con el propietario y éste les franqueó la puerta del bar, inspeccionaron el establecimiento para comprobar que no había nadie en el interior y después revisaron las imágenes que habían grabado las cámaras de seguridad, en las que identificaron al presunto responsable del robo.

Las patrullas recorrieron los alrededores del bar y localizaron al detenido cuando intentaba huir en su coche. Dentro del mismo los agentes encontraron el gato con el que el detenido había forzado la reja y el dinero sustraído.