Fueron los dueños del comercio los que manifestaron a los agentes tras pedir auxilio que momentos antes habían sorprendido a cuatro personas intentando robar artículos, por lo que intentaron retenerlos bajando la persiana del local.

Los ladrones se pusieron nerviosos y comenzaron a amenazar a los empleados y a golpearles con una silla. Finalmente, mientras la persiana se estaba bajando, consiguieron detenerla y salir huyendo.

Otra dotación policial que acudió al lugar localizó a tres de ellos portando aún la silla con la que supuestamente habían agredido a estas personas, por lo que fueron detenidos y trasladados a dependencias policiales.

Allí se personó el cuarto presunto implicado en los hechos tras conocer que sus compañeros estaban detenidos y que también quedó arrestado, tras lo que fueron puestos a disposición judicial.