El pasado 15 de febrero, el funcionario de prisiones M.F.L. del centro de Palma fue suspendido provisional de sus funciones al ser descubierto practicando sexo oral con un preso. En ese momento se le abrió un expediente disciplinario que aún no se ha resuelto pero él ha vuelto a trabajar en la cárcel. El funcionario ha sido recolocado en el departamento de personal sin que haya una resolución que la avale, según publica el diario El Mundo.

El protagonista de esta historia fue descubierto por otra funcionaria quién vio salir a un preso del baño de mujeres, abrochándose el pantalón. Al entrar descubrió al funcionario en cuestión. Se dio la circunstancia que en ese momento se encontraban dos inspectores de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que en seguida interrogaron a la testigo y a los dos implicados. El interno, de nacionalidad colombiana, cumple una condena de nueve años por narcotráfico.

Ahora este expediente debe determinar si el funcionario ha incurrido en un delito. Y parece que así será pues aunque el preso accediera a mantener las relaciones sexuales el Código Penal especifica que será delito para conseguir el consentimiento "se haya prevalido de una relación de superioridad". Dicho delito podría suponer una pena de hasta 10 años de prisión. Si finalmente fuera así, se comunicaría de inmediato a la Fiscalía.

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias respaldó la apertura de la investigación interna en la prisión de Palma y la suspensión provisional de las funciones del vigilante, que sigue cobrando su sueldo base, aunque exento de complementos.

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