En la residencia Santa Inés de Porceyo, en el concejo de Gijón, dormían hasta seis ancianos en una habitación de 12 metros. No quedaba sitio entre las camas. Había tres personas que tenían que dormir en camas plegables en una zona de paso al comedor. En la residencia había numerosas humedades y malos olores. Además tenía autorización para que vivieran 21 personas y lo habían 21 ancianos.

La Consejería de Bienestar Social ha decidido cerrarla por funcionamiento irregular y sobreocupación. Según ha confirmado hoy, sus responsables han trasladado el expediente a la inspección sanitaria y al Tribunal Superior de Justicia de Asturias por si los hechos constatados en la inspección fueran constitutivos de algún delito.

Esta decisión se adoptó después que se detectaran diferentes irregularidades en las tres inspecciones que se realizaron desde el 18 de febrero.

Santa Inés está situada en la carretera de Sotiello, en la parroquia de Tremañes, y es la quinta residencia que el Principado cierra este año. Todas eran privadas. Cuatro, incluyendo a Santa Inés, estaban en Gijón y una en Oviedo.