La Audiencia de Valladolid traslada al ICAVA la negativa de Verdugo a defender al presunto estafador de mendigos

  • VALLADOLID, 2 (EUROPA PRESS)
Trib.-
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La Audiencia de Valladolid se ha visto obligada este lunes a suspender el juicio previsto contra Antonio María R.A, detenido en febrero de 2011 bajo la acusación de utilizar a parados, mendigos y amigos como víctimas de las numerosas estafas presuntamente cometidas, al renunciar su letrado a ejercitar la defensa tras alegar que su cliente le había retirado su confianza.

La renuncia del abogado Jesús Verdugo ha desencadenado una tensa

situación entre éste y el magistrado presidente de la Sección Cuarta de lo Penal, José Luis Ruiz Romero, quien, al igual que el fiscal y la acusación particular, ha considerado "injustificada" su postura y ha ordenado el inicio del juicio, a lo que el primero se ha negado en rotundo.

"¡Yo no voy a defender a este señor, que es quien me ha ordenado renunciar. Llevo 42 años de ejercicio profesional y jamás he utilizado estratagema alguna para conseguir la suspensión de un juicio!", ha advertido Verdugo indignado, no sin antes insistir en que nadie puede obligarle a defender a nadie, "¡de ninguna manera!". "¡Otra cosa es que el Colegio de Abogados me corrija de forma disciplinaria si así lo cree oportuno!", ha aseverado.

Su propio cliente, Antonio María R.A, ha echado todavía más leña al fuego tras reconocer que efectivamente había discrepancias con su abogado pero que, pese a ello, no tenía inconveniente en que Verdugo continuara representándole en el juicio.

Ante ello, el presidente del tribunal sentenciador, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha optado por la suspensión del juicio, ha acordado dar traslado de lo ocurrido al Colegio de Abogados de Valladolid a los efectos de analizar si el comportamiento del letrado ha vulnerado el Código Deontológico y, al mismo tiempo, ha ordenado al acusado que en el plazo de tres días se busque un nuevo letrado pues en caso contrario se le designará uno de oficio.

Antes de acordar la suspensión, el presidente de la Sección Cuarta de lo Penal, José Luis Ruiz Romero, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha reprendido la que considera actuación "contumaz" y "premeditada" del letrado Jesús Verdugo.

"La renuncia alegada es inadmisible. Lamentamos profundamente la actitud del señor Verdugo. Es la primera vez que nos encontramos ante una situación como ésta en un letrado con su veteranía y que además fue decano del Colegio de Abogados, pues su negativa contumaz a ejercitar la defensa hace mella en este tribunal porque entiende que su actitud es premeditada por cuanto ha venido sin un apunte ni una carpeta para ejercer la defensa", ha recriminado el presidente.

PROCEDIMIENTO INFORMATIVO

Acto seguido, Ruiz Romero ha anunciado su propósito de poner lo ocurrido en conocimiento del ICAVA para que sea analizado desde el punto de vista deontológico, lo que llevará a la organización colegial a abrir procedimiento informativo por si tal actitud pudiera derivar en la apertura del correspondiente expediente.

Su ya excliente, de 72 años, está acusado de un total de cinco delitos continuados de falsedad en documento privado y mercantil y de estafa, por los que se expone a un total de nueve años de privación de libertad, al pago de una multa de 6.600 euros y al abono, en concepto de responsabilidad civil, de indemnizaciones por importe de 44.393 euros en favor de las entidades financieras y de ahorro perjudicadas.

Los hechos fueron investigados por agentes del Grupo de Delincuencia Económica de la Brigada de Policía Judicial, a raíz de que en 2010 una de las víctimas que vivía en una residencia denunció que un amigo suyo le había dejado sin dinero.

Según fue avanzando la investigación, los agentes comprobaron cómo el detenido elegía sus víctimas entre mendigos, parados y analfabetos, mostrando una gran falta de escrúpulos, dado que en algún momento no dudó en utilizar a amigos suyos para ser víctimas de sus estafas.

'MODUS OPERANDI'

Tras lograr captar su confianza, se ofrecía a ayudarles a gestionar su patrimonio o bien les ofrecía falsas ofertas de empleo. Después de conseguir acceso a sus cuentas corrientes, comenzaba su labor de falsificar documentación.

Utilizando el nombre de sus víctimas y la documentación falsificada a su nombre, solicitaba préstamos, tarjetas de crédito y realizaba compras masivas de productos que posteriormente vendía a terceros. Realizaba verdaderos "descalabros" en el patrimonio de sus víctimas, que no sospechaban nada hasta que las entidades ejercían acciones judiciales contra ellos, figurando como morosos en los listados existentes con ese fin, tal y como en su día apuntó la policía.

Para eludir la acción policial utilizaba direcciones de terceros para recibir correspondencia y nunca aparecía ni física ni documentalmente, respondiendo sus víctimas de todas las deudas que dejaba.

El éxito de la operación fue vincular probatoriamente que era la persona que se encontraba detrás de todas las operaciones fraudulentas.En el momento de la detención se intervino numerosa documentación

falsificada, así como correspondencia bancaria de terceras personas que había sido sustraída de buzones para sus fines

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