Así los menores de 23 años y los jubilados no deberán abonar euro alguno por el billete, mientras que determinados pensionistas y algunos trabajadores también percibirán un descuento pero no del cien por cien del total del precio.

Esta medida se consigue gracias al destino de más de 250.000 euros por parte del Gobierno local como parte de un montante incluido en el denominado Plan de Inclusión. Los menores de 65 años cuyo sueldo mensual sea inferior a los 509,40 euros abonarán 18 céntimos, y los trabajadores que estén dados de alta en la Seguridad Social y cobren menos de 635 euros al año pagarán 36 céntimos.

Se prevé que alrededor de 9.000 estudiantes se beneficien de estas ayudas durante el periodo de actividad escolar, favoreciendo de esta manera una ayuda a la economía de los hogares reduciendo el gasto invertido por los padres en los estudios de sus hijos.

Para conseguir esta ayuda, los estudiantes tienen que presentar un resguardo de la matrícula y una fotografía, mientras que los trabajadores entregarán una copia del contrato de trabajo y un documento que acredite que están dados de alta en la Seguridad Social.

La medida, populista donde las haya, pretende no sólo beneficiar a los colectivos con menos recursos económicos de la ciudad sino también acallar las críticas de la oposición que ya habían elevado propuestas al Pleno de la Asamblea solicitando la adopción de estas subvenciones.

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