El impuesto sobre el patrimonio se aplica de manera individual sobre el patrimonio personal de cualquier persona física. Pero, ¿quiénes están sujetos a él?

La ley obliga a presentar la declaración por el impuesto sobre el patrimonio a todos los sujetos pasivos, independientemente de que lo sean por obligación personal o real, en aquellos casos que se den alguna de las siguientes condiciones:

La cuota tributaria, una vez aplicadas las deducciones o bonificaciones que procedan, resulte a ingresar.

Siempre que, no dándose la circunstancia anterior, el valor de sus bienes o derechos, determinados de acuerdo con las normas reguladoras del impuesto, sea superior a 2.000.000 de euros.

Además, a efectos de la aplicación de este segundo límite, deberán tenerse en cuenta todos los bienes y derechos del sujeto pasivo, estén o no exentos del impuesto, computados sin considerar las cargas y gravámenes que disminuyan el valor de los mismos, ni tampoco las deudas u obligaciones personales de las que deba responder el sujeto pasivo.

Aquellos residentes en territorio español que pasen a tener su residencia en otro país podrán optar por seguir tributando por obligación personal en España por el conjunto de bienes y derechos de contenido económico de los que sean titulares a 31 de diciembre, independientemente de cuál sea el lugar donde se ejerzan los derechos o el sitio donde estén situados los bienes.

El mecanismo para llevar a cabo este proceso es presentando la declaración en el primer ejercicio en el que hubiera dejado de residir en territorio español.

Al mismo tiempo, también debe tenerse en cuenta la sujeción que existe al impuesto sobre el patrimonio por obligación real de los contribuyentes del IRPF que opten por tributar por el impuesto sobre la renta de no residentes.

El plazo de presentación de las autoliquidaciones del impuesto sobre el patrimonio del año 2018 es el mismo para todos los casos, del 2 de abril al 1 de julio, independientemente de que su resultado sea positivo o negativo.