Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) está reajustando estos días, con el fin del curso escolar  y las vacaciones de verano de su personal, la programación de las líneas de autobús, recortando el número de vehículos y servicios. Esto provoca las quejas de los usuarios cuya rutina no ha cambiado.

 

Ejemplos. La línea 34, que une Virrei Amat con Sarrià, sufre estos días los problemas de la reestructuración estival. Los usuarios de esta ruta han llegado a esperar por la mañana hasta 31 minutos para coger el autobús que, lógicamente, llega abarrotado de gente, lo que hace el trayecto hacia su lugar de trabajo una auténtica odisea. Además, en alguna ocasión, tras una larga espera llegan dos unidades de la misma línea a la misma hora.

 

Fuentes de TMB reconocieron a 20 minutos: «Estamos adaptando la oferta de las diferentes líneas a la demanda. Algunas tienen ahora menos usuarios y por eso hay menos buses circulando».

 

Discriminados

 

Más ejemplos. Las líneas que van en dirección a Virrei Amat parecen ser las que más quejas provocan entre los usuarios. Un pasajero de la línea 47 denunciaba el viernes en relación a los retrasos: «El cuarto de hora esperando no nos lo quita nadie». Su enfado era aún mayor cuando veía como otras líneas «que van a la Bonanova y Sarrià» pasan cada cinco o seis minutos.

 

 

Tusgsal pone en marcha hoy una nueva línea, la B31, que unirá la plaça de la Vila de Santa Coloma con el barrio de Canyadó, en Badalona. Los autobuses pasarán cada 20 minutos por la parada y vendrán a ser un refuerzo de la B30, una de las líneas con más usuarios. Además, la empresa pondrá un nuevo vehículo en la línea B29, que reducirá su frecuencia de paso a un cuarto de hora aproximadamente los días laborables. También se refuerza la B27 con un nuevo autobús los sábados.