"Os podéis sentir muy orgullosos del camino recorrido", ha expresado José Ignacio Ceniceros, quien ha felicitado a la Compañía de María por su 130 aniversario, después de poner de relieve la importante labor educativa que realiza este colegio, el más antiguo de nuestra ciudad, un "referente educativo para Logroño y para toda La Rioja", que comenzó su andadura en 1889 con 220 alumnas.

En este sentido, el jefe del Ejecutivo riojano ha remarcado que este colegio es "un modelo a imitar, no solo a la hora de formar y enseñar habilidades y conocimientos a los jóvenes", sino también, ha señalado, "para extender el alcance de la educación hacia valores de la pedagogía de vuestra fundadora, Santa Juana de Lestonnac, porque ha ayudado a formar ciudadanos responsables a lo largo de más de un siglo".

En este tiempo, según ha reconocido José Ignacio Ceniceros, el colegio ha sufrido "grandes cambios, a medida que la sociedad iba transformándose", desde que llegaron las primeras monjas procedentes del convento de Tudela, hasta que este curso se ha implantado la jornada continua pero en esencia, "su misión sigue siendo la misma", ha puntualizado.

"Una de las principales virtudes de este colegio ha sido mantenerse fiel al ideal de su fundadora, pero sabiéndose adaptar en cada momento a las nuevas realidades", ha afirmado Ceniceros antes de hacer suyas las palabras de la fundadora de la Compañía de "servir de una manera siempre nueva", para animar al profesorado a "garantizar la mejor educación de una manera integral y armónica".

Finalmente, el presidente del Ejecutivo regional ha mostrado su gratitud a todos los que han "aportado lo mejor de sí mismos durante estos años pero, en especial, a los que les corresponderá hacerlo mañana" y ha deseado a toda la comunidad educativa de este centro "larga vida a La Enseñanza, en beneficio de nuestra educación".

En este sentido, el jefe del Ejecutivo riojano ha elogiado el sistema educativo riojano que acreditan distintos informes como PISA. "Un sistema educativo basado en la libertad de elección de centro, el fomento de la calidad y la igualdad de oportunidades. Y ello es posible gracias, entre otros factores, a colegios como La Enseñanza", ha finalizado.

LA ENSEÑANZA

El 12 de octubre de 1889 varias religiosas del convento de la orden en Tudela llegaron a Logroño para crear una Casa Colegio de la Compañía de María que abría sus aulas a 35 alumnas en régimen de pensionado y 200 gratuitas.

Seguían la estela de Santa Juana de Lestonnac (Burdeos, 1556-1640), fundadora la orden en 1607, convirtiéndose en la primera Orden religiosa femenina aprobada por la Iglesia al servicio de la educación de la mujer.

El germen del centro, sin embargo, se remonta cuatro años atrás y responde a la inquietud de la hermana riojana Teodora Ureta y Fernández de Bobadilla, natural de Manjarrés, quien entró en el noviciado de Tudela con la mente puesta en fundar un colegio de la Compañía de María en la ciudad de Logroño. Pero su temprana muerte le impidió ver materializado su sueño, luego hecho realidad en la calle Capitán Gaona.

Les llamaban "unas monjas dedicadas a la enseñanza", algo nuevo hasta entonces porque las religiosas realizaban labores asistenciales o vivían en clausura. A partir de entonces comenzaron a ser conocidas como "La Enseñanza", denominación que ha perdurado hasta la actualidad.

El colegio primigenio resultó pasto de las llamas en el año 1936 y fue reconstruido por Agapito del Valle en 1944; en 1980 se inauguraría un nuevo edificio de Infantil y Primaria, con entrada por avenida de la Constitución, y posteriormente un tercero, prolongación del anterior, para los más pequeños.