Once de los muertos son reclutas que esperaban fuera del centro, que pertenece a las fuerzas de "Al Maghauir" (valientes), un cuerpo especial de la Policía antiterrorista iraquí.

La misma instalación policial, situada en el barrio de Al Qadisiya, cercano a la amurallada "zona verde" donde están situadas varias embajadas occidentales y las instalaciones del Gobierno iraquí, había sido blanco de otros varios ataques similares en los últimos meses.

El atentado es el último en una serie de ataques suicidas perpetrados en los últimos meses contra las fuerzas de seguridad iraquíes, en su mayoría reivindicados por el grupo violento "Organización de Al Qaeda para la Guerra Santa en Mesopotamia", del jordano Abu Musab al Zarqaui.

Según cifras de los ministerios de Interior y Sanidad, al menos 1.100 iraquíes perdieron la vida en los últimos dos meses en ataques y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y grupos rebeldes en distintas áreas del país, 536 de ellos policías y soldados.

Por otro lado, presuntos insurgentes dispararon y mataron hoy a un comandante de la policía iraquí mientras viajaba en coche en la ciudad de Mosul, a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad, informaron fuentes del Ministerio de Interior.