La iniciativa pública para invertir tres millones de euros en la construcción de pasarelas elevadas que enlazarán distintos senderos de la red de espacios libres de la Bahía de Cádiz, con el que se pretende mejorar los itinerarios verdes del parque natural gaditano, ha recibido el siempre difícil beneplácito del movimiento ecologista. Aunque, por supuesto, ha sido objeto de numerosas objeciones y advertencias.

En concreto, lo que acaba de hacer la Junta de Andalucía es convocar un concurso de ideas para el diseño de nueve pasarelas elevadas pensadas para salvar infraestructuras viarias, cruces de carreteras, zonas de marisma y líneas de ferrocarril.

Una de ellas pretende conectar los Toruños con las Aletas, otra sobre el río Guadalete y las correspondientes para sortear las carreteras N-IV, A-491 (Costa Ballena), dos sobre la A-2002 (de El Puerto de Santa María a Jerez), la A-48, y la CA-33 (que avanza desde el Río Arillo a Salina Dolores, en San Fernando). Finalmente, se construirá un último paso elevado sobre la corta del Río San Pedro.

El representante del movimiento ecologista en la Junta Rectora del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, Pepe Osuna, ha catalogado de "razonable" la última de las enumeradas, pensadas para eludir el Río San Pedro en la carretera que va de Cádiz a El Puerto de Santa María, porque se trata de reutilizar el antiguo paso ferroviario que cruzaba el Río Guadalete.

En realidad, todas las pasarelas le han parecido razonables, excepto la que conectaría los Toruños con las Aletas. "¡Si se fuera a reinundar Las Aletas. Pero lo que se va a hacer allí, en contra de nuestra voluntad, es una zona industrial. Por tanto, no tiene sentido crear un itinerario verde en una zona que ya está degradada", objetó Osuna.

El proyecto de creación de esta red de espacios libres pretende habilitar 380 kilómetros de senderos de uso público que conecten la Bahía de Cádiz, la Costa Noroeste, Jerez y el Campo de Gibraltar. Ocupará una superficie superior a las cuatro mil hectáreas y, eso sí, ya se ha encargado a una empresa, Egmasa, el diseño de equipamientos y mobiliario urbano para actividades lúdico-deportivas, no sólo en los recorridos, sino también en los descansaderos, espacios libres y zonas de servicios que existan a lo largo de estos itinerarios.

Aquí surgen las nuevas alegaciones y advertencias ecologistas: "Me parecen muy peligroso los equipamientos deportivos tipo pinos tratados con antifúngicos para hacer flexiones, son artilugios extraños de dudoso beneficio", continuó Osuna. Con los descansaderos para reposar a la sombra y tomar un bocadillo fue menos estricto pero apuntó que debe saberse dónde se ponen. "En todo lo que vaya de las marismas a los Toruños me parece mal", indicó. Y desde luego, lo que no ven para nada son zonas recreativas para instalar barbacoas, sillas, etc, en los Toruños ni en otras zonas.

El proyecto, financiado por el Gobierno de España, la Junta de Andalucía y la Mancomunidad de Municipios pretende adecuar la actual red de aproximadamente 220 kilómetros de sendero y crear otros 160 nuevos.

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