Para sostener su decisión, el consistorio ha tenido en cuenta diferentes consideraciones, como que la ciudad fue declarada Ciudad Antitaurina en 2004 y la Ley catalana sobre la prohibición de corridas de toros en Catalunya aprobada por el Parlament en 2010, así como su anulación por parte del TC en octubre de 2016.

También ha contemplado los resultados de la consulta realizada en la población en junio de 2016 en la que el 60% de los votantes se mostraron favorables a abolir los 'correbous' -sin derramamiento de sangre- en las Festes del Tura.

El portavoz de la Fundación Toro de Lidia, Chapu Apaolaza, ha manifestado la "sorpresa" de la entidad, y ha lamentado que han tenido más peso los argumentos políticos que los jurídicos.

Apaolaza ha destacado que los festejos taurinos son una "celebración cultural legal dentro de la Constitución" y que tiene que ver con la cultura popular.

"No pedimos al Ayuntamiento que programe toros, aunque debería, sino que permitan estas celebraciones con su permiso", ha destacado el portavoz, que ha asegurado que recurrirán la decisión en el contencioso-administrativo en el plazo de un mes después de la desestimación.

"Iremos hasta el final porque toda la jurisprudencia nos da la razón", ha asegurado Apaolaza, que ha considerado que la postura del consistorio es un terrible caso de censura con respecto a manifestaciones culturales legales.