Los agentes iniciaron las investigaciones tras recibir las denuncias de robo con violencia, en las que las víctimas eran abordadas por personas desconocidas con ropas oscuras y deportivas y les arrebataban móviles de alta gama, relojes deportivos o dinero. En ninguno de los casos, y aun siendo con violencia, las víctimas no presentaban lesiones y no aportaban más descripción, según ha indicado el cuerpo policial en un comunicado.

Durante las investigaciones, los policías encontraron incongruencias y hechos incompatibles con los relatados. En una de las denuncias, la presunta víctima manifestó que le habían robado la cartera y el teléfono móvil y, horas después, estaba utilizando la tarjeta de crédito que llevaba dentro de la cartera.

En otra, la supuesta víctima declaró que le habían robado el teléfono móvil y 400 euros y, posteriormente, había aparecido el teléfono en su buzón, para finalmente confesar que habían denunciado para tener una excusa y no hacer un pago mensual que debían; mientras que otra denunciante señaló: "Total, pensaba que la policía no iba a hacer nada".

Por todo ello, se detuvo a los denunciantes como presuntos autores de un delito de simulación. Los detenidos, dos con antecedentes policiales, han sido puestos en libertad tras tomarles declaración y han sido advertidos de la obligación de comparecer ante la autoridad judicial cuando para ello fuesen requeridos.