Los alumnos más aplicados

  • Un buen estudiante afronta el estudio con confianza y optimismo.
  • No se trata de ser un empollón, pero los resultados académicos sí importan.
  • Un suspenso es algo que un buen estudiante debe estar preparado para encajar.

Los estudiantes españoles son de los peores de Europa en notas, según revelan varios informes. Se critica mucho la actitud de los alumnos, pero no siempre se ofrecen las herramientas necesarias para resolver el problema.

Hay buenos estudiantes en Secundaria, en la universidad y en FP, y se debe valorar su actitud y su motivación. No se trata de ser un empollón, pero los resultados académicos sí importan.

Un buen estudiante no tiene por qué ser un alumno modelo en todos los aspectos, pero sí una persona despierta, inquieta y crítica con el mundo y consigo mismo.

LAS CLAVES

Actitud: Un buen estudiante afronta el estudio con confianza y optimismo, con la convicción de estar capacitado para resolver las exigencias académicas. Dispone de fuerza de voluntad para emplearse en ello con constancia. Debe apuntar, organizar y repasar apuntes, planificar y revisar. En definitiva, estudiar con ganas.

Motivación: El deseo y la fuerza para cumplir las tareas menos apetecibles de los estudios hay que cultivarlos con el convencimiento de estar haciendo algo que es útil, ahora y de cara al futuro. El aprobado no es una referencia. Cada uno debe fijarse sus propias metas y liderar su hacia su proyecto de futuro.

Resultados: Alguien motivado y que se toma sus estudios en serio terminará obteniendo unas
calificaciones por encima del resto. Aun así, un suspenso es algo que un buen estudiante debe estar preparado para encajar. Es una oportunidad para aprender de los errores y reaccionar.

UNA CARRERA DE FONDO

Decir que alguien es un mal estudiante es un juicio demasiado vago que, además, no aporta información. Para encontrar el origen de un problema académico hay que hablar con los profesores, conocer el entorno social y familiar del alumno y su método de estudio. Un estudiante aplicado no tiene que ser un empollón ni tomar apuntes con muchos colores.

Puede suspender un día educación física, matemáticas o literatura, y terminar con éxito sus estudios. La educación es una carrera de fondo, y cualquiera que se lo proponga puede acabar siendo un buen estudiante.

Ángela Solar, estudiante

«Supongo que habrá malos estudiantes que acaban una carrera en la universidad y también hay buenos estudiantes que suspenden de vez en cuando. Te tiene que gustar lo que haces y ser capaz de disfrutar con alguna parte de los estudios. A mí no me gustan todas las asignaturas, pero tengo que aprobarlas todas para conseguir el título».

Mª Teresa Velasco, profesora

«Un buen estudiante no tiene problemas para aprobar. Pero, al margen de eso, es difícil encontrar coincidencias entre unos y otros. Los hay ordenados, críticos, impulsivos, irreverentes... a cada uno le motivan cosas diferentes. Los malos estudiantes sí tienen algo en común: en sus vidas siempre hay más problemas».

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